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¿COMO GARANTIZARÁ EL REGIMEN UNA ELECCION LIMPIA?
Saúl Monreal Ávila

Sin titular en la FEPADE, el organismo encargado de procurar justicia en materia penal electoral, que investiga y persigue el delito electoral, que forma parte de la Procuraduría General de la República. Con la renuncia de Raúl Cervantes, quien fungía como Procurador de Justicia, dejando descabezada la PGR; por: “No querer entorpecer transición a Fiscalía”, y si no fuese suficiente, sin Fiscal Anticorrupción, nos preguntamos: Cual es la idea de enfrentar en esas condiciones el proceso electoral 2018?, el más grande, y uno de los más importantes de la historia ante los retos que enfrenta nuestro país.
Desde un inicio, la creación del Sistema Nacional Anticorrupción, que se quería, pero al mismo tiempo no, estuvo rodeada de claroscuros, iniciando como la mayoría de los programas gubernamentales: a medias, respondiendo simplemente a los tiempos políticos y las conveniencias coyunturales, por eso, este organismo inició operaciones  sin fiscal ni magistrados y con gran atraso en la instrumentación en los estados. La mayoría de sus congresos no terminaron reformando sus constituciones para crear una ley estatal anticorrupción y el plazo se cumplió el pasado 18 de julio.
A la fecha, es hora que en las cámaras no se han puesto de acuerdo para nombrar al Fiscal que llevaría la responsabilidad de  operar en el entorno adverso y peligroso del mar de corrupción que lo rodearía, y que tendría que juzgar prácticamente a todo el aparato de gobierno, absolutamente penetrado por la corrupción y los intereses que gravitan en cada uno de las instituciones nacionales, obviamente los multimillonarios y muy diversos intereses que estan en juego, con sus representantes en los Congresos y el Senado no tienen la menor prisa en nombrar alguien que los juzgue.
No está en mejor situación la Procuraduría de Justicia de la República, que al parecer no está funcionando ni poco ni mucho, es prácticamente nula la percepción social de su actuar en el ambiente de violencia y delincuencia sin freno alguno que ha convertido a nuestro país en un polvorín. Y no quedan claros los motivos de la dimisión de Cervantes Andrade, quien justificó que: “Deja la PGR para no detener más las urgentes leyes que México necesita, ya que en los próximos días en la Cámara de Diputados se discutirán las nuevas iniciativas de ley relacionadas con la Fiscalía General de la Nación”. ¿Podemos creer eso?
Todo ello evoluciona en medio de la polémica nacional provocada por  por el rechazo de la oposición y de la sociedad al pretender, junto con el PRI, un pase automático en la transición de Procuraduría a Fiscalía, es decir, con la filiación política de este personaje, pretender que por nueve años lleve las riendas de la nueva institución prácticamente es otorgar impunidad y patente de corso a Peña Nieto y su gabinete para muchos años, por lo menos los 9 años que duraría en el cargo el Fiscal.
Y por si no fuera esto suficiente para enrarecer el ambiente del otorgamiento de justicia, el despido de Santiago Nieto, por el recién nombrado interino de la PGR, Alberto Elías Beltrán, quien apenas toma posesión y como primera acción relevante destituye a Nieto Castillo, titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) bajo el argumento de haber faltado al “código de conducta” de la PGR.
Lo que no dice Elías Beltrán es que despiden a un fiscal que hacia su trabajo para proteger a Emilio Lozoya Austin, el cerebro del megaescándalo de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, que aportó dinero para favorecer la candidatura de Peña Nieto a la Presidencia, obviamente, con el propósito de obtener contratos de obra, hechos que han sido ya más que acreditados y que el régimen está tratando a toda costa cubrirlos del modo que sea, al haberse puesto en evidencia la fraudulenta manera en que Enrique Peña Nieto llega a la Presidencia de la República. Hecho gravísimo ante el momento que vivimos, cuando lleva ya más de un mes de iniciado el proceso electoral 2018, y no hay arbitro para la contienda, con todo lo que ello significa.
Por lo tanto, en este momento, nuestro país está sin Procurador de Justicia, sin Fiscal anticorrupción y tambien sin jefe de la FEPADE, la institución que se dedica a investigar y sancionar los delitos electorales. Nos queda claro todo lo que los Mexicanos nos estamos jugando en este momento. y al parecer, el régimen tiene intención de que así siga durante el proceso electoral que inicia para perpetuarse a costa de todo, vemos la intencionalidad y un actuar para desmantelar intencionadamente las instituciones que pudieran representar un obstáculo para ello, solo nos queda algo muy claro: las elecciones del 2018 pueden ser de las más sucias de la historia.
Obviamente, los largos tentáculos de la corrupción alcanzan a uno de sus objetivos más importantes, los procesos electorales. El organismo internacional Barómetro Global de la Corrupción reveló en su último estudio “Las personas y la corrupción: América Latina y el Caribe” que México se convirtió en el país más corrupto de Latinoamérica, sólo seguido por República Dominicana, y debemos esperar que el régimen utilice todos los recursos, legales o no, con dos propósitos, impunidad y mantenerse en el poder a pesar del rechazo popular al régimen. Solo la unidad nacional en torno al objetivo de la alternancia puede lograr el arribo a la Presidencia de un nuevo régimen honesto y nacionalista, el inicio del verdadero combate a la corrupción y el que se aplique la justicia contra todos los corruptos. Ya no podemos permitir más de lo mismo si queremos preservar la integridad de nuestro México como nación y la nuestra como ciudadanos libres, esa es la disyuntiva.
saulmonrealavila@hotmail.com

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