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MISERIA HUMANA.
Es impactante ver en diferentes medios de comunicación imágenes de gente que huye corriendo en llamas, esqueletos calcinados y mucho sufrimiento de familiares de las víctimas.
Un ducto de gasolina “ordeñado” en Tlahuelilpan, Hidalgo, ha sido la segunda tragedia de gran alcance en el nuevo sexenio y así como en la primera (la muerte de los MorenoValle-Rosas) tenemos una sociedad desensibilizada, inquisidora, cerrada, desde mi punto de vista hasta cierto punto aberrante.
Muchos seguidores del ahora presidente de México (no incluye a todos) manifestaron en redes sociales, bajo el cobarde anonimato y una pantalla de computadora o celular, júbilo y  celebración ante la tan lamentable tragedia, juzgado como si la verdad fuera absoluta y exclusiva para ellos, esto supuestamente en respaldo para AMLO respecto a la estrategia contra el robo de gasolina.
En lo personal, cuando veo las muy vergonzosas imágenes de la “fiesta suicida, irresponsable y despreocupada” antes de la explosión,  me parece ver más a “ciudadanos” en un acto de rapiña, que a huachicoleros. Sí, es verdad que es un acto injustificable y que el hecho  no deja de ser un acto ilegal ¿En qué momento el atraco se transforma en regocijo?, ¿En qué momento robar cerveza de un camión accidentado en la carretera da lo mismo que robar gasolina de un ducto? ¿Por qué parece un acto de usos y costumbres? ¿Por qué las autoridades presentes no procedieron a detener en ese momento a los que cometían la falta? ya que estaban siendo flagrantemente sorprendidos ¿Es un acto de negligencia?
Como ciudadanos no podemos sólo quejarnos sino contribuir  y aportar, proponer y debatir la forma de construir un mejor país en conjunto debe ser tarea de todos, no solo del gobierno, no podemos lamernos las heridas siempre, debemos reconocer y enmendar los errores del pasado pues actualmente tenemos un país que se encuentra en una crisis política, social y lamentablemente también de humanidad, pues hay mucha miseria humana; unos roban por necesidad, otros por oportunidad, otros por negocio, pero hiere ver la miseria, de quien se burla de las víctimas y confunde el testimonio de un hecho espantoso con una broma.
Elizabeth Mauricio González.

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