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A los Estudiantes en su día.

Por: Jenny González Arenas.
La docencia es un arte que necesita dos actores importantes para
poderse llevar a cabo: por un lado el maestro, el que transmite, comunica,
guía; por otro lado el alumno, el estudiante quien tiene el deseo de
aprender, de escuchar, de ser guiado. Los dos son importantes, pero ahora
es día de reconocer al estudiante.
A lo largo de mi carrera docente he tenido de toda clase de alumnos,
los dedicados, los no tanto, los barberos, los indiferentes, los que se tienen
que esforzar, los que tienen un ingenio natural, pero todos, por más distintos
que sean, tienen algo en común: el deseo de aprender.
Ese deseo, se convierte en la chispa que todos los días los ayudará a
levantarse para escuchar a sus maestros, tomar consejos y buscar, por los
medios a su alcance, ser alguien diferente, porque si están estudiando es,
precisamente, porque quieren cambiar, mejorar, ser, como comúnmente se
dice, alguien en la vida.
Todas esas personas que día a día, con sus ventajas y desventajas,
enfrentan el mundo escolar con anhelos y objetivos, son el motor que
impulsa a los profesores a esforzarse día a día.
Hoy, estamos lejos del aula, lejos de los centros escolares, lejos de
nuestros compañeros, pero eso no significa que ellos dejen de ser
estudiantes. Por el contrario, estos tiempos han sido capaces de
demostrarnos a los maestros, que tenemos estudiantes dedicados,
emprendedores, capaces de adaptarse a distintas realidades y no claudicar
en su empeño de ser mejores personas.
Al menos eso es lo que a mi me han enseñado ahora mis alumnos,
que cualquier obstáculo o vicisitud que se presente en el camino, para ellos,
los estudiantes, no es más que un reto, una motivación para salir adelante.
En esta temporada de crisis sanitaria, se hacen evidentes las
diferencias, las realidades de todos y cada uno de los estudiantes. En el
aula todos somos iguales, todos tenemos nuestra libreta y pluma, nos
sentamos en las mismas bancas – incomodas, sobra decir -; fuera del aula,
en su casa, en sus municipios, todos tienen realidades diversas, los hay
quienes no tienen internet en su casa o no cuentan con computadora, o que
para conectarse a una clase virtual tienen que hacerlo desde su trabajo o
desde la cocina de su casa o desde el cerro más alto de su comunidad
porque solo ahí tienen acceso a internet.

A pesar de ello, muchos estudiantes han demostrado ser
responsables, trabajadores, buscar alternativas para resolver sus
problemas, buscar mecanismos para seguir aprendiendo, porque aunque
ahora están en su casa, lejos de su escuela y de sus compañeros, saben
que el reto de la vida les sigue esperando afuera y se preparan, pese a
todo, para enfrentar ese reto mayor.
Lo que están enfrentando ahora los estudiantes es una gran lección
para su vida futura, les enseñará a ser autosuficientes, a darse cuenta que
no tienen límite para aprender, porque sus maestros les están enseñando
que están dispuestos a modificar su forma de dar clase y aprender nuevas
formas con tal de cumplir con los programas de estudio; ese ejemplo ellos lo
deberán tomar para su vida y, el día de mañana, ellos sabrán que cada
situación, cada momento, se puede afrontar de diferentes maneras y está
en ellos el buscar la forma de hacerle frente a cada situación.
Estoy orgullosa de mis alumnos, porque me han enseñado que
además de tener ganas de aprender, tienen un firme compromiso consigo
mismos, con su familia, con sus maestros, con su Universidad, su Estado y
su país, porque más allá de aferrarse a estar en un salón de clase, han
respetado el distanciamiento social y han seguido aprendiendo.
Agradezco a todos mis alumnos por su paciencia, por su compromiso,
por sus ganas de seguir aprendiendo y reconozco que no es fácil, pero que
gracias a su interés y su entusiasmo, muchos de nosotros, los docentes,
buscamos los medios para seguir enseñando.
Nunca dejamos de aprender en la vida y los estudiantes tienen mucho
que enseñar también a sus maestros y a las personas que los rodean.
Circunstancias como la que ahora enfrentamos, nos enseñan a valorarnos,
por ello mi reconocimiento a mis alumnos, los pasados, por haberme
enseñado a ser maestra; a los alumnos presentes, por aprender conmigo en
esta era digital; y a los futuros, por que ellos podrán aprovechar lo que los
estudiantes pasados y presentes han dejado como huella en el camino de
sus docentes.