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LA NUEVA CONVIVENCIA SOCIAL DESPUÉS DE LA PANDEMIA
Saúl Monreal Ávila

Está en marcha el paulatino regreso a las actividades sociales, económicas y de todo tipo en la sociedad, marcado por la presencia inevitable del nuevo virus, sin tratamientos disponibles y mucho menos una cura definitiva aún, por lo que la convivencia social en este reinicio de actividades necesariamente pasa por una adaptación de todos y cada uno hacia este nuevo factor, con todas sus consecuencias en cada aspecto de las actividades que habitualmente realizamos cada uno de nosotros.
Esto significa que las medidas de sana distancia, lavado de manos sumado a la desinfección con diversos productos, cubrebocas y caretas entre otras cosas, son cosas a las que debemos habituarnos. Como miembros individuales en la sociedad, estamos enfrentando nuevos paradigmas de convivencias que modifican el orden, desde lo personal hasta lo mundial en cuanto a prioridades, y con ello, modificando conceptos como la "responsabilidad social” desde lo particular como personas, hasta países, por eso estamos hablando de una nueva convivencia social que deberemos de asumir de ahora en adelante, la pandemia nos deja la enseñanza que cada acción realizada por nosotros afecta a los demás para bien o para mal, por lo que debemos de convivir con los demás de manera responsable, pensando siempre en los efectos y consecuencias de nuestras acciones.
Como gobiernos, en esta lucha contra el Covid-19 tomamos medidas que implicaron una menor actividad económica y menores movimientos vehiculares, de transporte público y de carga, pensando en la disminución de la interacción social, y con ello, mínimamente evitar la saturación de los hospitales con cantidades de afectados que sobrepasaran las capacidades de brindar una atención digna, con las perdidas en vidas que esto hubiera implicado, lo que aun si se hubiera podido contar con tratamientos confiables hubiera podido suceder, y en efecto, se logró que la curva estadística de contagios se haya venido manteniendo en niveles manejables por las instituciones médicas, sin embargo, en un efecto colateral, pudimos observar que con ello también se redujo en forma drástica la emisión de dióxido de nitrógeno asociado a los combustibles fósiles, que es uno de los principales gases de efecto invernadero, entre otros más, incluso fuimos testigos de cielos limpios en las principales ciudades, aguas cristalinas como en décadas no se veían en ríos y ciudades costeras, al punto que animales salvajes visitaban los grandes asentamientos urbanos del orbe.
Hemos estado trabajando en la construcción de obras de equipamiento básico en El Mineral a pesar de esta situación, ya que entendemos lo difícil para médicos luchar contra el Covid19 en ciudades con miles de ciudadanos hacinados en casitas de interés social, sin posibilidad de una sana distancia, y no solo eso, durante ésta pesada temporada de estiaje, los vemos lidiar también contra enfermedades gastrointestinales, cólera, dengue o diarreas, sin contar con las adecuadas infraestructuras sociales, drenajes, agua corriente, servicios eficientes de limpia de residuos. Por eso estamos trabajando para mejorar estos servicios en nuestro Municipio, desinfectando además barrios completos en Fresnillo y comunidades, creemos que seguramente la lucha de nuestros médicos y enfermeras será menos complicada y más efectiva si los apoyamos de esta manera, y más aún cuando ensombrecen el horizonte otras posibles amenazas, como la temida segunda ola de covid-19, ante los recientes brotes de la enfermedad en otro mercado, ahora de Beijing en China, además de nuevas enfermedades surgiendo que pudieran convertirse en otras pandemias.
La tarea que los diferentes gobiernos enfrentamos es la construcción, de mano con la sociedad, de una nueva forma de Convivencia Social, sustentada en la igualdad de derechos para garantizar el acceso igualitario y generalizado a los derechos económicos, políticos, sociales y culturales con el fin de disminuir las desigualdades que se hicieron más evidentes en esta emergencia sanitaria, manteniendo un balance entre el derecho a la salud y al bienestar, junto con una economía que lo sustente, manteniendo así un equilibrio entre la actividad económica y el derecho a la salud por medio de la capacidad hospitalaria, y así haremos en tanto no haya vacuna contra el COVID-19, o medicamentos para su tratamiento.
Por nuestra parte, como personas, no podemos hacer a un lado medidas de salud como el uso de cubrebocas en transporte público y aglomeraciones, el lavado frecuente de manos y uso de gel antibacterial, el mantener la sana distancia; (no saludarse de mano y/o beso, y mantener por lo menos 1.5 metros de distancia entre personas), el estornudo de etiqueta, la limpieza de espacios de trabajo y en el hogar así como la desinfección constante de superficies con altos niveles de contacto, lo que tendrá que hacerse por mucho tiempo, y que debemos hacernos a la idea que estará formando parte integral de nuestra nueva convivencia social.
Es importante ver desde una nueva perspectiva la convivencia familiar, ya que nunca como hoy será parte de la realidad cotidiana, pasaremos más tiempo que antes con nuestras familias en los tiempos por venir, y si algo se ganó en estos meses, es la relevancia a la institución de la familia que el coronavirus le devolvió con más brillo, y seguramente la familia seguirá fortaleciéndose como un pilar fundamental de apoyo en los tiempos que vienen, y a pesar que en lo inmediato haya pasado esta ola de la pandemia, seguiremos sosteniéndonos en nuestra gente, ante la perspectiva de un virus que ya pulula en las calles de nuestros entornos urbanos o rurales. Nunca como hoy, la familia se ha convertido en resguardo y refugio personal frente a la peste que nos acecha esperando cualquier descuido para infectarnos. Elegir cuidarnos y protegernos nuevamente en familia, como siempre lo fue, tal vez es la lección más importante que nos llevamos después de esta difícil etapa en nuestras vidas.

saulmonrealavila@hotmail.com Presidente Municipal de Fresnillo