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EL RECICLAJE DE LA INFAME GUERRA SUCIA
Saúl Monreal Ávila

Desde hace algunos años, se ha venido utilizando en nuestro país la denominada “Guerra sucia”, como un instrumento más de quienes detentan el poder para eliminar adversarios, reales o potenciales en los procesos electorales, Wikipedia tiene algunas definiciones, como: “Término que se ha utilizado en distintos contextos para indicar situaciones de intervención del ejército, paramilitares y terroristas en la cual se enfrentan contra grupos políticos disidentes y opositores en un país determinado”, también la misma Wikipedia incluye la definición: “Medidas de represión política y militar tomadas contra las organizaciones de sesgo Socialista y Comunista”.
Esta ha sido una de las medidas más utilizadas por los regímenes pasados para perpetuarse, y las tentaciones de utilizar estos falaces y perversos instrumentos para pervertir la voluntad popular parecieran no pasar de moda, son del conocimiento público las practicas que el régimen realizó en el periodo conocido como de “guerra sucia”, que abarcó década y media, desde fines de los sesentas hasta principios de los ochentas, que fue llamado así en referencia directa a la forma de las acciones de contrainsurgencia para contener el descontento popular en este periodo, que incluso llegó al extremo de la práctica de capturar, someter, torturar, desaparecer temporal o definitivamente a opositores o críticos del régimen, y en muchos casos, terminar por ejecutarlos extrajudicialmente, el ejemplo más terrible fue el asesinato de estudiantes y civiles por militares y policías el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad de México.
En el año de 1998, Zacatecas también tuvo un momento de franca guerra sucia, durante el periodo previo a la transición democrática que se suscitó en el proceso electoral en el que, por primera vez en su historia, el régimen gobernante en zacatecas desde la revolución palpó las posibilidades reales de perder su histórica hegemonía en la entidad, por lo que se inventó un “Expediente negro” desde los Pinos y desde la sede nacional del partido gobernante, que en ese entonces, fue utilizado para golpetear y disminuir mediáticamente al candidato opositor del aquel entonces, Ricardo Monreal Ávila, abanderado del recién creado partido de la Revolución Democrática, de quien pendía la amenaza del régimen por no disciplinarse a sus designios, como de todos es conocido.
Desde entonces cada proceso electoral en el estado, se reciclan los argumentos, alcanzando a toda la familia Monreal, por todos los medios y plataformas posibles, pasquines, anuncios pagados en radio y TV, campañas de rumores e incluso boots en las redes, todos infundados y demostrados jurídicamente como inexistentes, como el caso de la deshidratadora de chile de uno de nuestros hermanos, de la que nada se demostró, y que incluso se perpetró un cuantioso daño el tiempo que estuvo asegurada, con la desaparición del equipamiento, lo que ha dañado gravemente en el patrimonio de nuestro hermano, además de los más de diez años que ha dejado de funcionar esta instalación, así como las absurdas acusaciones de abigeato contra su servidor, y muchísimas más que sería ocioso de enumerar, igualmente inadmisibles, son prueba de ello.
Y esto no ha quedado en el pasado, al parecer la cercanía del próximo inicio del proceso electoral para renovar todo el aparato de gobierno en la entidad propicia el regreso a esas viejas prácticas, y hay elementos que nos dan un atisbo de que la tentación de utilizar una nueva reedición de éstas viejas prácticas está presente, sin embargo, el país ha cambiado y las circunstancias distan mucho de ser las mismas, ya que los delitos electorales han sido clasificados como graves en la nueva legislación electoral, con la modificación al artículo 19 de la constitución, que adiciona al catálogo de delitos graves con prisión preventiva de oficio y sin derecho a fianza el uso de recursos públicos y programas federales para influir en el voto, y de la misma forma, en el ejecutivo federal al mando del Presidente Andrés Manuel López Obrador no existe tolerancia a la corrupción en ninguna de sus formas, sea quien sea, por lo que es obvio que el marco social, gubernamental y jurídico para el proceso electoral que inicia en un par de meses, son absolutamente diferentes.
Esto aún no acaba, el país está inmerso en un proceso de transformación en la vida pública, social, cultural y económica, entre otras facetas, por eso se le ha llamado el gobierno de la cuarta transformación, que significa una evolución de la manera de hacer las cosas hacia un estadio mejor en desarrollo, bienestar e igualdad para todos los mexicanos, esa es la agenda del Presidente de la Republica, a lo que desde nuestra trinchera también estamos abocados, por lo que este proceso va más allá de intereses personales o de grupo, las vetustas mafias del poder o políticas, con todas las mañas y vicios del pasado no pueden ser toleradas. En su nuevo libro de la Infamia, Ricardo Monreal Ávila, quien junto con el resto de la familia incluido su servidor, hemos sido objetivo de estas maquinaciones y maniobras, hace un recuento de la lucha que hemos tenido que enfrentar ante estos grupos, y sin duda, con la que todos aquellos que hemos enarbolando la bandera de la lucha por los intereses de la sociedad nos hemos encontrado y venido superando a pesar de las vicisitudes.
Estamos convencidos que entre todos los mexicanos podremos lograrlo, aunque también sabemos que la lucha para la transformación del país apenas empieza, y solo lo podremos construir por la senda de la rectitud y de la honestidad, cualidades que nos distinguen a la inmensa mayoría de los mexicanos. Continuaremos poniendo nuestro humilde granito de arena en el gran esfuerzo transformador para ver cristalizados nuestros anhelos de levantar y dejar un mejor país para nuestros hijos, de paz, armonía, prosperidad, justicia e igualdad para todos.

saulmonrealavila@hotmail.com<br /> Presidente Municipal de Fresnillo