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Confinamiento docentes ante el COVID.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez.

Una cosa es estar en el aula y, otra muy distinta, en una pantalla. Soy de la idea que algo deberemos estar haciendo bien con el método tradicional, sino fuera así, ya desde cuando habría cambiado.
Si bien la educación a distancia es un mecanismo para resolver el problema de tiempo o de distancias para algunas personas, eso no significa que sea la alternativa para el modelo educativo a futuro.
Así, tenemos que reconocer que el modelo académico de aula presencial es fundamental, y el contacto maestro – alumno es fundamental para el proceso educativo, por lo que esta dualidad al interior de un salón de clases difícilmente será sustituida por una pantalla.
Empero, ante una realidad como la actual, que ha obligado a trasladar la relación alumno – docente a un monitor de computadora o a un dispositivo electrónico, tenemos que reconocer que no es sólo el docente o el alumno quien no esta preparado para este modelo educativo, sino que tampoco las autoridades educativas vieron aproximarse esta realidad al ritmo vertiginoso en el que se dio.
La educación a distancia requiere de un gran despliegue no solo de habilidades docentes, sino también de recursos materiales con los que no se cuenta.
Muchos podrán decir que es exagerada mi postura, sin embargo, considero que hay puntos que se han dejado fuera de la discusión en este proceso de educación a distancia, de los que nadie se ha ocupado y que si deberíamos discutir.
La educación a distancia requiere, además del alumno y el maestro, de dispositivos electrónicos. Ustedes me podrán decir que tanto alumnos como maestros cuentan con ese tipo de dispositivos, la realidad es que no. Cierto es que, al menos en la universidad, que es el espacio en el que me desempeño, algunos docentes contamos con equipo de computo para realizar investigaciones, por lo que al patrón le puede parecer de lo más normal que un maestro deje el aula física y se traslade a una virtual, sin embargo, no es lo mismo contar con un dispositivo, llámese computadora, para realizar investigación documental y redacción de documentos, que por mucho puede exigir memoria para realizar algunas gráficas o uno que otro video corto, comparado con las características que debe tener un equipo mediante el cual pretendo dar una videoconferencia, de entrada, debemos decir que un equipo de procesamiento de datos documentales puede no tener cámara o micrófono, indispensables para la enseñanza digital. Al patrón eso no le ha preocupado y asume, que todos los docentes cuentan con el equipo para realizar una videoconferencia desde casa.
Por otro lado, alguien debería explicar a los maestros que es lo que esta pasando con los recursos que muchas instituciones educativas se están ahorrando en materiales, por ejemplo, pago de la luz, del agua, de plumones para pizarrón, borradores y todos esos insumos que han dejado de consumirse porque los alumnos están en su casa, no usan las aulas, los salones están cerrados, los baños igual y los comedores y casas estudiantiles no reciben más estudiantes; mientras que al profesor se le ha incrementado el pago de luz, por estar todo el día conectado a la computadora, el pago de internet porque tuvo que pagar un servicio con mayor velocidad que soportara la transmisión de la videoconferencia, muchos de ellos tuvieron que pagar capacitaciones o licencias para poder usar plataformas digitales que les permitieran una forma de dar sus clases. Todos esos gastos, no planeados para un profesor, ¿cómo pretende la autoridad educativa recuperarlos?
Muchos tuvieron que cambiar la graduación de sus lentes o adquirir unos especiales para la computadora, porque solo así pueden durar jornadas prolongadas frente a la computadora, los problemas de salud que causa el estar sentado tantas hora, porque en el aula física, al menos cambiábamos de salón y caminábamos por los pasillos.
La autoridad educativa, ha sido omisa al considerar todos esos factores, porque muchos han tenido que pagar internet y equipo nuevo o buscar un espacio físico distinto al de su hogar para dar clases.
Esta es una realidad complicada para los profesores, que sin rendirse en su trabajo diario, sacrifican gastos de primera necesidad, por que los bonos de material académico simplemente son insuficientes.