Skip to main content

Experiencia en la SCJN.
Por: Jenny González Arenas.

Con cariño para ese pequeño ejercito de valientes que lucharon incansablemente por aprender, por desarrollarse, por ser mejores alumnos, mejores profesionistas, mejores personas, pero, sobre todo, por poner en alto el nombre de su Universidad.
Sam, Vane, Moy y Adii.

Este año ha sido convulso para todos. Proyectos han quedado truncos y otros tanto se han tenido que adaptar a la nueva realidad. Este ha sido el caso del Primer Concurso Universitario “El Camino hacia la Suprema Corte de Justicia de la Nación.”
Los estudiantes de las licenciaturas de derecho de todo el país habían sido convocados para participar en lo que sería la primera competencia en el Máximo tribunal constitucional de nuestro país, con ello no solo se acercaba a los alumnos, sino que los alumnos veían más plausible la posibilidad de dar a conocer sus habilidades frente a profesionales del derecho de gran renombre a nivel nacional. Una gran oportunidad, no cabe duda, que se vería vagamente nublada por la pandemia que aqueja al mundo en estos momentos.
Me sorprende gratamente la capacidad del ser humano de innovar y adaptarse a nuevas formas de trabajo, pero también es necesario reconocer que en estos momentos no tenemos no todos tenemos las mismas condiciones ni circunstancias para enfrentar los retos que la pandemia ha hecho evidente.
La primera etapa de la convocatoria implicaría mandar un correo con los datos de los alumnos concursantes, mismo que sería revisado de acuerdo con el tiempo de llegada y los primeros 20 equipos en enviar el correo quedarían dentro de la convocatoria.
El éxito fue tal que 220 universidades en las que se imparte la licenciatura en derecho mostraron interés por participar, lo que obligó a los organizadores a buscar un mecanismo de selección académico para poder quedarse con los 20 que se habían señalado anteriormente.
Así, los 220 equipos fueron sometidos a un proceso de selección que consistió en demostrar su capacidad de investigación, respuesta, fundamentación y motivación en relación con dos temas presentados por el comité organizador, ahí comenzó el proceso de selección, el camino hacia la Suprema Corte había comenzado para los alumnos de la Unidad Académica de Derecho, que además de tener la ilusión de participar y de representar a su Universidad, sabían que era mucha la responsabilidad y el trabajo que tendrían que hacer, ninguno nos imaginamos en ese momento, lo difícil que sería el proceso de preparación, a finales de febrero, nadie nos imaginamos que la pandemia cambiaría nuestros planes.
El 4 de marzo fuimos notificados que nuestro documento de argumentación e investigación inicial nos había dado el acceso a uno de los tan anhelados 20 lugares del a competencia, ya en esos momentos éramos ganadores, y comenzábamos la fase de preparación de documentos escritos y argumentos orales, sin saber que 15 días nos duraría la preparación presencial, porque tendríamos que ir a llevar clases en línea mientras se controlaba la pandemia.
En esos momentos, no sabíamos que el concurso sería virtual, así como tampoco sabíamos como la pandemia afectaría el proceso de preparación.
Fue difícil, porque los alumnos integrantes del equipo son todos de diversos municipios en donde o no hay internet o no hay señal de celular. No todos tenían acceso a un equipo de computo de calidad para poder llevar a cabo video llamadas por dos horas consecutivas sin que se trabara, entre la tecnología, la distancia y el confinamiento, muchas cosas hicieron que el piso no fuera tan parejo en esta competencia.
A pesar de todos los obstáculos que se tuvieron que flanquear, los alumnos superaron las dos primeras etapas con éxito (preliminar y memoriales) llegando a la tercera etapa – audiencias – a representar con gran orgullo a su Universidad.
Aprendieron a investigar, a trabajar bajo presión, a argumentar de forma escrita y oral, a trabajar en equipo, perdieron el miedo a enfrentarse a otras personas y a jueces que los bombardearon con preguntas y siempre tuvieron algo que contestar, fueron reconocidos por su capacidad argumentativa, por el respeto con el que se conducen en las audiencias, por contestar con la verdad y no envolverse en argumentos falsos.
Lo más importante, se demostraron a sí mismos de lo que son capaces de lograr, a pesar de las dificultades técnicas que tuvieron que enfrentar.
Felicidades a esos jóvenes que hoy, sin haber salido de su casa, tuvieron que enfrentar adversidades para poner en alto el nombre de su Universidad.