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Estrategias de salud.
Por: Jenny González Arenas

Mucho se ha hablado en este gobierno sobre los pobres, que serán primeros en todo y que es el principal motor de la presidencia, pero, mientras más hablan de ellos, más nos damos cuenta de que la realidad no cambia mucho de lo que era en sexenios anteriores.
Cierto día de la semana, Zacatecas fue noticia nacional, cierto grupo de vecinos, de zonas residenciales, tanto de la capital como del vecino municipio de Guadalope, se apersonaron en una comunidad marginada del municipio de Villa de Cos – que demás está decir, es uno de los municipios con mayor grado de marginación a nivel nacional – para ser vacunados.
El acontecimiento causó polémica, desde los más aguerridos opositores al régimen obradorista, hasta los más fieles defensores de la 4T, hicieron manifiesta su inconformidad por el lamentable acontecimiento, que se atribuye, tanto a la súper delegada, como a la coordinadora estatal de jóvenes construyendo el futuro.
Ambos personajes han justificado su actuar sobre una premisa que pareciera guiar el actuar de todos los obradoristas, “podrá ser inmoral, pero no ilegal”.
La anterior premisa, abre una gran gama de posibles escenarios, siempre afirmando que sus acciones son legales, aunque disten mucho de ser morales, lo que parecer ser la bandera de la presente administración pública federal, porque pareciere que podemos llevar a cabo todas las acciones que nos plazca siempre y cuando nos movamos dentro del margen de la legalidad que, dicho sea de paso, es un margen poco claro, plagado de resquicios que permiten actuar dentro del supuesto marco normativo, pero a todas luces con acciones completamente faltas de ética y que pueden ser recriminadas pero nunca castigadas.
No tienen toda la culpa las ya famosas 33 personas que haciendo gala de su poderío económico se trasladaron hasta la comunidad de Bañón, Villa de Cos, para ser vacunados, también tiene mucha, y mas, responsabilidad quien, haciendo uso de información clasificada, les informó donde estaría el puesto de vacunación y autorizó que personas que nos estaban incluidas en la lista, fueran vacunadas.
Son personas que cumplen con el requisito de ser mayores de 60 años, es cierto; pero no son vecinos de las comunidades de más alto grado de marginación, que es donde se dijo iniciaría la campaña de vacunación contra el COVID, por lo que no se trata de un acto de humanidad, sino de usar la información clasificada y su capacidad económica para trasladarse a una comunidad de alta marginación para poder acceder a la vacuna.
No se trata de criminalizar a esas 33 personas, pero seguimos preguntándonos ¿quién autorizó que fueran vacunados sin estar en la lista? ¿cualquier ciudadano mayor de 60 años puede trasladarse a cualquier puesto de vacunación y ser vacunado? ¿Cuáles son los lineamientos de la campaña de vacunación para saber si estas 33 personas incurrieron en una falta o no o si quien autorizó que fueran vacunados puede ser sancionado por tan grave falta?
Estas preguntas quedan sin contestar, porque quienes son directamente responsables se justifican con la falsa premisa de que ellos no son nadie para negar la vacuna a alguna persona, pero si lo son, porque se ha sabio de personas que les falta un solo día para cumplir los 60 años de edad y no han sido vacunadas y, por su situación económica, difícilmente podrán acudir a un puesto de vacunación en otro municipio o en otra comunidad.
Bajo esa tesitura, porque no esperar a que nos toque a cada uno nuestro turno, y porqué las autoridades no hacen que los lineamientos se respeten a cabalidad. O se trata de aplicar la norma solo a quien nos conviene, haciéndonos de la vista gorda con quienes favorecen a la 4T. Si algo quiere cambiar este gobierno, debería empezar por cambiar de funcionarias, al menos la súper delegada de Zacatecas y la coordinadora estatal de jóvenes construyendo el futuro, porque han demostrado su incapacidad por predicar con el ejemplo.