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Tú eres tu propia marca parte I

Por: Adriana Bujdud Nassar
Consejera en Imagen Personal y Profesional
Hablando de marcas y de imagen tanto en productos como en personas, hay bastante que decir al respecto. Somos nuestra propia carta de presentación y solos nos recomendamos a través de nuestro desempeño laboral, comportamiento en los diferentes ámbitos de nuestra vida y en redes sociales. Tengamos muy en cuenta esto.
Citando al diario Economic Times, una marca es “el nombre que se da a un producto o servicio que adquiere una identidad por sí misma. En el mercado de hoy, con miles de productos y servicios que rápido adquieren cierto valor económico, una marca se identifica por la atención que atrae. Una marca puede crear y esperar lealtad, confianza, esperanza y un mercado atractivo dependiendo de cómo se promueva y anuncie”.
Otro término importante que debemos dejar en claro es el de Branding Personal: “es un anglicismo de marca personal, que hace referencia a la promoción profesional, o comercial, de una persona física. O dicho de otro modo, es la forma en que los demás te perciben, identifican y te “etiquetan”. Por ejemplo, si cierras los ojos y piensas en Bill Gates ¿qué te viene a la mente? El presidente de Microsoft. ¿Y si haces lo mismo con Steve Jobs? El presidente ejecutivo de Apple. Ellos han explotado su marca personal para venderse al mercado.”
Nosotros como personas nos convertimos, en cierta forma, en marcas, más ahora en esta época de tremenda conectividad y de espacios en donde mostrar contenido referente a varios temas o cosas que nos gustan, apasionan o dominamos. Sin embargo, por lo mismo de la facilidad de poder compartir, las personas pueden caer en la trapa del ego en las redes, en la cual, pensando que tienen muchos seguidores, pueden publicar cualquier cosa sin pensar a que público puede llegar o el efecto que pueden lograr; es decir, en ocasiones no tienen idea de lo que hablan o hacen y no siempre estos contenidos son positivos o aportan algo de valor. De igual manera, estas personas se exponen al escrutinio público y pueden ser blanco fácil de críticas y ataques.
Entonces, se sugiere, que si no tienes nada bueno, productivo o valioso que decir, comunicar o compartir, por favor no te expongas creyéndote influencer o líder de opinión pública. Enfócate en tu imagen personal y en lo que quieres proyectar como persona, como ser humano.
Aprovechemos estos tiempos de conectividad y usemos de manera benéfica las redes sociales y las mieles que nos ofrecen estas herramientas.
Tómalo en cuenta y conviértete en un ícono.