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Técnicas Didácticas.

Por: Jenny González Arenas.

Esta pandemia nos ha enseñado mucho, cosas buenas y malas, como seres humanos aprendemos a adaptarnos y eso es bueno, pero es todavía mejor ir descubriendo las áreas de oportunidad que representa el trabajo virtual que ahora enfrentamos, al menos en el área educativa.
No todas las áreas del conocimiento son iguales, de eso no me cabe duda, habrá algunas que se presten para algún tipo de dinámicas y otras que no, pero de eso se trata, de buscar las áreas de oportunidad que cada materia representa.
Todos los que nos dedicamos al área docente hemos encontrado dificultades en la enseñanza, en estos momentos en los que el distanciamiento social nos sorprendió sin habernos preparado para ello, aunque a un año de distancia hemos ido encontrando técnicas didácticas adaptables a nuestro campo de conocimiento que nunca igualaran la práctica presencial o el contacto en el salón de clase, pero si pueden enriquecer nuestra labor docente.
En materia jurídica, el cine es una herramienta didáctica que aunque ya se utilizaba con anterioridad, en esta temporada de suspensión de actividades presenciales puede ser de gran ayuda para fortalecer la labor docente y, a la par que el alumno aprovecha el tiempo qué pasa en su casa, usamos una actividad de esparcimiento para desarrollar habilidades críticas y analíticas en el estudiante de derecho, de forma tal que se pueda ir introduciendo al alumno a un mundo de problemáticas cotidianas y darles un enfoque jurídico o de analizar comparativamente el sistema jurídico de otro país, reflejado en una película y contrastarlo con el nuestro.
Hay un mundo de posibilidades y temáticas que se han analizado desde la óptica del séptimo arte y que pueden ser aprovechadas para el fortalecimiento de las actividades académicas en medio de esta crisis sanitaria.
Otra herramienta didáctica que permite ir adentrando a los alumnos en el conocimiento de las nuevas herramientas de la información y la comunicación es aprovechar espacios tecnológicos, como los que ofrecen en el campo del conocimiento jurídico, instituciones como los Tribunales Electorales o la Suprema Corte de Justicia de la Nación que ofrecen conferencias y cursos de capacitación sobre temas jurídicos al alcance de un click. Estas plataformas tienen varias ventajas - y una que otra desventaja -, por un lado, permiten que el futuro abogado se acerque a temas que pueden no estar contenidos en la matricula de su escuela o que conozca diferentes puntos de vista que coincidan o contrasten con el de su maestro, pero también permite al alumno irse familiarizando con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación que llegaron para quedarse, al menos en muchas áreas de desarrollo profesional, como será el área jurídica.
Es justo ahí donde tenemos las desventajas, porque los alumnos tienen toda la esperanza de regresar a las aulas, pero no se han detenido a pensar que nada será igual cuando regresemos a los salones de clases, porque muchas cosas tendrán que cambiar y otras muchas ya cambiaron.
Así, las tecnologías de la información y la comunicación están formando parte indispensable de la labor jurídica en los tribunales locales y federales a grado tal que las notificaciones se hacen vía correo electrónico y se crean usuarios con firmas digitales para presentar demandas y contestaciones o revisar expedientes digitales. Todo eso llegó para quedarse, por lo que resulta preocupante que muchos alumnos sigan recibiendo clases acostados en su cama o que tengan dificultades para ingresar a algunas plataformas o para subir trabajos a classroom o para presentar sus exámenes sin bloquear “involuntariamente” sus usuarios, incluso tienen problemas para manejar una sola cuenta de correo en todas sus plataformas académicas o para checar constantemente sus bandejas de correos no deseados a sabiendas de que esperan información.
Es pues ahora una labor más complicada aún, porque no solo se trata de formar hábitos a los alumnos, como la puntualidad o la formalidad, sino de inculcar nuevos hábitos a los que todos nos hemos tenido que ir acostumbrando sobre la marcha.
Es un proceso de auto aprendizaje para los maestros de forma tal que podamos también transmitirlo a los alumnos, pero vale la pena, porque hay cosas buenas que nos ha dejado esta pandemia y tenemos que empezar a ponerlas en su justa dimensión.