Skip to main content

Estudiantes en pandemia.
Por: Jenny González Arenas.

Otra vez conmemoraremos el día del Estudiante en pandemia, a la distancia. Un año más de clases virtuales y los alumnos ya da muestras de extrañar las clases presenciales.
No sólo los alumnos, también la mamás y papás de los alumnos, las maestras y maestros. Todos hemos ya re valorado la labor que se realizaba en las aulas.
Pareciera que comienza a verse la luz al final del túnel cuando anuncian que los maestros ya están siendo vacunados, la esperanza parece desaparecer cuando estados como Campeche, han pasado a semáforo amarillo después de regresar a clase.
Es confuso, la noticia nos consterna, no solo porque una Entidad que estuvo en semáforo verde, regresa a semáforo amarillo, también porque el anhelo de regresar a casa se vuelve a tornar lejano.
El mensaje para los jóvenes estudiantes y los niños en edad escolar es no claudicar, aprovechar al máximo aquellos que tienen la posibilidad de asistir a clases virtuales, y los que no, buscar algún libro, alguna libreta y al más puro estilo autodidáctico no perder los hábitos escolares y tratar de recordar, con los medios a su alcance, lo poco o mucho que aprendieron en la escuela, cuando era presencial.
México es un país plural, diferente de extremo a extremo, por eso resulta difícil generalizar cuando de clases virtuales se trata, porque lo que para unos pudiera ser sencillo, para otros la distancia, la geografía o la marginación será lo que complicará su proceso de aprendizaje.
Alumnos, docentes, padres de familia junto con autoridades escolares, han llevado a cabo esfuerzos titánicos por sacar las clases virtuales adelante, no estábamos preparados para un año de pandemia. No estuvimos nunca preparados para abrir y cerrar ciclos escolares a la distancia. Hoy seguimos en la incertidumbre de cuanto tiempo más puede durar la política de distanciamiento social, así como la de clases virtuales, de lo que si estamos seguros es de que muchos alumnos, pueden estar pensando seriamente en desertar, ante las dificultades y costos que representa la educación a distancia.
No se trata de defender a ultranza a ninguno de los actores en este difícil proceso, sino de dar la justa dimensión a cada uno de ellos. Los maestros sin alumnos no existiríamos, pero los alumnos necesitan a sus maestros para poder sacar adelante su formación. Alumnos que estaban mentalizados para una formación presencial y que han tenido que mudar su salón de clases a su casa, a su recamara, a su cocina, algunos a su azotea, alumnos que han cambiado las plumas y las libretas por celulares y computadoras, que han cambiado las pizarras blancas y los plumones por pizarras electrónicas y el cursor de un ratón.
Pero también maestros que han cambiado las caras y las voces de sus alumnos por un montón de letras y fotografías en una pantalla, que revisan tareas de un montón de alumnos que no conocen porque los alumnos no prenden su cámara y el maestro nunca logra verlos, mucho menos escuchar sus voces.
El proceso de enseñanza aprendizaje a cambiado radicalmente desde la pandemia, y no sabemos si volverá a ser lo mismo cuando regresemos, de lo que si estamos todos seguros es que la dualidad maestro - alumno no ha cambiado, porque todos necesitamos de todos y si no adaptamos nuestra forma de trabajo a esta nueva realidad, sino respetamos unos, los maestros, nuestro trabajo y otros, los alumnos, su formación, esta realidad virtual que enfrentamos no permitirá que los alumnos logren con éxito el propósito que se fijaron cuando iniciaron sus estudios.
No ha sido un año fácil, al contrario, ha representado retos y áreas de oportunidad que se deben de trabajar para que se aproveche al máximo el tiempo de pandemia, pero si no trabajamos juntos maestros, alumnos, padres de familia y autoridades, nada de lo que hagamos dará resultado.
Estudiante, eres importante, pero tu formación esta íntimamente ligada a tu compromiso contigo mismo, asúmelo con responsabilidad, no por estar detrás de una pantalla tu clase es menos importante que cuando estás en el salón de clase. Reconozco a cada uno de los que han asumido esta pandemia con responsabilidad y han tratado de aprovechar la escuela virtual e invito a los que no la han tomado con la misma seriedad y responsabilidad a que reflexionen y lo revaloren, porque el tiempo no regresa y lo que no aprendan hoy en el salón virtual, a lo mejor la vida no se los enseñará de la mejor manera.