Skip to main content

Regreso a clases
Por: Gicela Andrade Ruvalcaba

El tan esperado regreso a clases parece no ser tan esperado, puesto que gran parte de los y las ciudadanas están en desacuerdo, de acuerdo con una encuesta de El Financiero, el 62% está en contra de ello, ante la misma postura se encuentran el 56 % de madres y padres de familia con hijas e hijos menores de 18 años.
La SEP dio indicaciones de que en ningún caso se podrá considerar la asistencia en los criterios de evaluación, sin embargo, es bien sabido que la suspensión de las clases afecta mayormente a los niños y niñas más vulnerables, cuya familia no tiene recursos para garantizar el acceso a la educación virtual, sin mencionar que las escuelas son espacios de socialización, mismos donde los niños y las niñas se pueden desarrollar psicoemocionalmente, estando en contactos con sus amigos y de esta manera prevenir casos de depresión y ansiedad.
Algunas de las emociones que se sienten al regresar a clases son: angustia, ansiedad, irritabilidad, enojo, e incomodidad, sin saber por qué, provocando diferentes reacciones en las personas, ya sea de manera agresiva o tranquila, pero no olvidemos, que, como dice Nelson Mandela, “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”.
Fuera de las escuelas, tienen mayor riesgo de sufrir abusos y violencia, puesto que en la mayoría de los casos los docentes suelen ser los primeros en detectar estos casos y denunciar.
No sólo los niños se han visto afectados, también jóvenes y maestros, mismos que han aprendido a ser más empáticos, puesto que la situación lo amerita, no obstante, gran parte de éstos cree que la enseñanza a través de este medio es menos efectiva. Puesto que a la mayoría de los profesores mayores se les dificultaba adaptarse a la modalidad, mientras que a los maestros jóvenes les resultaba más sencillo.
No obstante, las posturas se ven divididas por más de dos grupos, puesto que muchos jóvenes prefieren quedarse en la modalidad en línea por las comodidades que esta conlleva, siendo apoyados por los padres de familia, sin embargo, no son los únicos, puesto que también están los profesores que no buscan regresar y continuar con la menor responsabilidad posible. Por lo cual se ha implementado la opción de que los padres de familia, que buscan y aceptan que sus hijos regresen a clases, firmen una carta-compromiso a la institución con la intención de que no se les responsabilice en caso de que haya contagios, por otra parte, los que no quieren regresar deberán dar una carta explicando sus motivos.
Está claro que debemos de adaptarnos a los tiempos y buscar dar lo mejor de nosotros, aunque las circunstancias sean difíciles, por lo que las clases se darán en tres modalidades, es decir, hibridas, en línea y presenciales. Llevando con nosotros la idea de que este virus llego para quedarse, aprendiendo a vivir con él, y no solo a sobrellevarlo, no dejando de agradecer las oportunidades que tenemos, priorizando el aprendizaje y reconociendo el trabajo de cada uno de los maestros.