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En la víspera.

Por: Juan Carlos Girón Enriquez.

Esta por comenzar la nueva administración pública estatal, previo toma posesión el nuevo Congreso del Estado.
Vaya momento para iniciar una legislatura, un Estado convulsionado por la inseguridad, la pandemia y, por si eso no fuera poco, los sindicatos afiliados al ISSSTEZAC al pendiente de cualquier paso en falso que den.
No creo en las coincidencias, dudo mucho que cuando esta legislatura saliente pensó - si es que lo pensaron de forma autónoma - promover la reforma a la Ley del ISSSTEZAC, imaginaron lo que sucedería. Los autores intelectuales de este intento de reforma, no dimensionaron el factor humano ni el económico.
Por un lado, nunca pensaron que estaban afectando el trabajo de muchas personas que a lo largo de los años han ido ahorrando el fruto de su trabajo para aspirar a una jubilación digna, tampoco dimensionaron qué hay mucha información en los medios sobre quienes son los verdaderos responsables del desfalco del Instituto, y de personas a personas, fueron los trabajadores quienes decidieron no callar su voz y manifestar su inconformidad en contra de la reforma, que se haga responsable quien es verdaderamente responsable, y esas personas tienen nombre y apellido.
Por otro lado, la ya desgastada economía, producto de la pandemia, ha despertado un instinto defensivo en la población que, probablemente, antes estaba en letargo.
Mucho pueden afirmar que los maestros y trabajadores del Estado afiliados al ISSSTEZAC no han dejado de recibir sus cheques a lo largo de la pandemia, sin embargo, si se han generado gastos, motivo de su propio trabajo en el que las autoridades educativas y administrativas no han intervenido. Los han obligado a trabajar desde casa sin tomar en cuenta gastos adicionales de internet, electricidad, incluso muchos han tenido que comprar equipos de cómputo. Y ante ese escenario, la amenaza de afectar más sus ingresos no podía pasar desapercibida.
Sería ingenuo pensar que nadie se daría cuenta y que una vez que el daño fuera irreversible ya estarían sentadas en las curules personas distintas a quienes no les podrían reclamar porque ellos argumentarían que la legislatura pasada lo hizo.
No señoras y señores, no dimensionaron que la población está cansada de ser siempre la que asume el costo, vía impuestos o mayores contribuciones, de la mala administración o del derroche innecesario de recursos en realizar políticas clientelares. Zacatecas se esta cansando de las malas administraciones y ahora también está atenta a los albazos lesgislativos y eso, no lo dimensionaron.
El costo político ya no será responsabilidad de la administración saliente, veamos hasta que punto el poder ejecutivo o el legislativo entrantes están dispuestos a asumir ese costo.
Una reforma de esta naturaleza implica, que primero le consulten a los directamente afectados, en segundo lugar a los expertos en seguridad social y en administración de fondos y en tercer lugar que se finquen responsabilidades a quienes han sido los culpables reales del desfalco del Instituto. En el orden en el que se quieran poner estos tres factores influirá de manera significativa en la manera en la que la ciudadanía y los afiliados al ISSSTEZAC asuman la reforma y las condiciones de la misma.
Pero es ahí donde nos daremos cuenta de que tanto compromiso real existe entre la entrante administración y la ciudadanía y si seguiremos padeciendo los compadrazgos que la primera temporada del gobierno de Monreal estableció. Esperemos que nos depara la segunda temporada.