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ENTRE LÍNEAS
Nota Espe_culera
by Syres

Desde Aristóteles hasta Maquiavelo, los grandes pensadores coinciden que para que se formen buenas sociedades, es necesario que existan buenas leyes, pues se considera que a través de estas las sociedades se organizan y civilizan. Y que para que el Estado se legitime, se requiere de la construcción de Instituciones que garantices valores universales como la libertad, la seguridad, la igualdad y la justicia.

Aunque estamos conscientes de que la administración monrealista apenas comienza, gastar la primera semana en declarar que recibió un gobierno en crisis por culpa de sus antecesores y porque “hicieron mal las cosas” es suficiente. Continuar con este discurso, solo gastaría la paciencia de los zacatecanos que le dimos nuestro apoyo, y que ansiamos que las soluciones comiences, la impunidad se acabe y no que se gasten buscando la causa de nuestras miserias.

Desde que Jorge Miranda pidiera licencia para contender por la Presidencia Municipal de la Capital, el ahora ratificado Secretario de Finanzas, Ricardo Olivares Sánchez, ya se quejaba en todas las reuniones de gabinete por el boquete financiero que había heredado de su antecesor y amigo, y que al haber sido quien lo trajera de Tlaxcala para trabajar, no podía denunciar, por lo que instó a los administrativos que hicieran todos los ahorros posibles para tratar de disimular el faltante frente a la Comisión de Entrega. Pero para que esto pudiera suceder, se necesitó de la complicidad de Gabriela Rodríguez, ex Secretaria de la Función Pública, de quien ya se especulaba gustaba de hacer negociaciones en lo oscurito con Miranda y con los demás Secretarios PRIISTAS garantizándoles protección frente a cualquier denuncia por corrupción.

Aunque para ningún zacatecano lo que les cuento es novedad, lo que preocupa es que ambos personajes hayan tenido cabida en MORENA y ahora estén royendo el presupuesto municipal bajo el abrigo del partido gobernante, y de esta forma sigan disfrutando de impunidad. Ojalá el Gobernador visualice, que cada detalle impacta en la legitimidad de su discurso, pues mientras su perorata denota preocupación, su partido, demuestra denostación.