Skip to main content

EL CIRCO Y LOS PAYASOS
Nota Espe_culera
By Syres

Bastaron ocho días de la llegada a la Gubernatura de David Monreal, para que se mostrara su primera incapacidad, “la política”, y aunque se ha esforzado por culpar a sus antecesores, pareciera que el apoyo social se le está esfumando. Yo no sé si soy el único querido lector, pero he llegado a añorar a los ex gobernadores que él desprecia, que si bien es cierto, robaron a los zacatecanos, por lo menos mostraron llegar con cualidades políticas necesarias para dirigir un Estado.
Como no extrañar la educación de Genaro Borrego, la astucia de Ricardo Monreal; la inteligencia de Amalia García; el carisma de Miguel Alonso y el humanismo de Alejandro Tello, y aunque no dudamos de que sus malos manejos –y los de sus familiares y amigos- provocaron esta crisis, es tan grande el vació de gobernabilidad que sentimos desde que David llego, que lejos de sentir odio por los últimos dos ex mandatarios, sentimos pesadumbre de un tiempo donde parecía –por lo menos los primeros años de gobierno- que nuestra Entidad tenía un rumbo claro.
Pese a que la administración pública ya arrancó, y que su equipo de trabajo tuvo acceso a la documentación meses antes de su toma de protesta, David Monreal apenas ha podido designar a 10 de los 18 nombramientos necesarios para que sus Dependencias funcionen, y de las paraestatales mejor ni hablamos, pues ahí le faltan otros 35 hombres necesarios para que las entidades arranquen sus actividades, sobre todo las del ramo educativo.
Sin Turismo, Obra Pública, Migración y Educación, el Estado atraviesa por una de sus peores crisis económicas en la historia reciente, y pese a que hemos visto al Gobernador haciendo el ridículo cortando listones en Tiendas Departamentales que Alejandro Tello gestionó o bacheando calles y colando topes con tres botes de arena y una de cemento por falta de recursos, la falta de pago de nómina al magisterio y jubilados demuestra el menosprecio que siente por su Estado y su gente, y que su deseo de llegar a la gubernatura, no fue más que el capricho personal de tratar de igualar si es que se puede, la trayectoria política de su hermano.
Es difícil entender a quién ni a sí mismo se comprende. Y aunque hay versiones de que la falta de nombramientos obedece a que el Gobernador planea lo que Miguel Alonso hizo al desaparecer algunas dependencias, hasta ahora, lo único que esta desapareciendo es la confianza de los ciudadanos, pues ha confirmado es que su estrategia de sembrar caos para luego auto ungirse como redentor distan mucho de la seriedad de la investidura que los zacatecanos le confiamos con el voto.
Mientras la burocracia siga marchando, los jubilados muriendo, el magisterio resistiendo, el Zacatecas que apenas se levantaba tras la pandemia, vuelve a caer, y como dice la frase: “El circo sigue, mientras haya quien le aplauda a los payasos”.