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La vejez
Por: Gicela Andrade Ruvalcaba

La vejez es una edad a la que muchos tememos llegar, mas que nada por los mitos que giran alrededor de esta edad, sin embargo, se nos olvida que el envejecimiento es un proceso gradual y continuo de cambio natural que se inicia en la edad adulta temprana, pero ¿a que edad empieza el proceso de envejecimiento?
Según un estudio publicado en la revista Nature Medicine, a partir de los 34 años comienzan a detectarse los primeros signos de envejecimiento. Hay tres etapas en el ciclo de vida humano. La primera de ellas es a los 34 años, la segunda sucede a los 60, y la tercera a los 78.
¿Por qué nos es tan difícil aceptar el envejecimiento? Solemos creer que el llegar a una edad madura es aburrido, que las cosas que nos gusta y se nos hacen fáciles de hacer se terminaran, e incluso hay quienes le tienen miedo por que sienten la muerte cada vez más cerca, no obstante, muchas de estas ideas vienen por la forma de pensar que nos hemos formado, empezando por los apodos que poco a poco se han ido creando, como chavorruco.
Chavorruco es aquella persona madura que tiene actitud de joven. Son fans de la tecnología y las redes sociales, se visten como si tuvieran menos años, y muchas veces usan lenguaje de adolescentes.
Gracias a apodos como estos o diferentes comentarios creamos una idea errónea de lo que la vejez debe ser, dejando del lado la libertad de ser nosotros mismos, sin importar la edad que se tenga, de hacer, deshacer, pensar, vestir o lo que queramos de la manera que queramos.
La vejez es, para mí, lo mismo que todas las etapas, pero con un poco más de sabiduría, se tiene la libertad de hacer cosas que de jóvenes no nos atrevíamos, cosas que tal vez durante tiempo tuvimos miedo de hacer, seguimos en un constante crecimiento y conocimiento sobre nosotros mismos, no hay porque sentir que el que esta etapa llegue es algo malo, sino que hay que saber agradecer el poder seguir estando aquí, el poder seguir disfrutando de la vida y las personas. El miedo no es malo, solo hay que saber sacarle favor para avanzar y crecer como personas, al igual que la vejez.