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Sembrando…Opacidad

Por: Claudia Anaya Mota*

El Programa insignia de la actual administración “Sembrando Vida”, se dio a conocer en julio de 2018 por el entonces Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador, que representa una estrategia calificada como “inusual” por medios de comunicación internacionales que en esencia, trata de sembrar árboles frutales, maderables o especias, como una manera de combatir la pobreza y al mismo tiempo, frenar la migración proveniente de Centroamérica.

Lo cierto es que este programa, ha estado en el ojo del huracán, porque ha sido constantemente señalado como ineficaz en el seguimiento de sus objetivos incluso, por las propias organizaciones de campesinos independientes como la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), que lo calificó como un programa “fracasado” porque ellos aseguran que su diseño y operación se hizo sin tener una base sólida de beneficiarios y sin respetar las zonas arboladas.

Para ser beneficiario del Programa “Sembrando Vida”, muchos campesinos talaron árboles de manera discrecional para poder obtener los 5,000 pesos mensuales que les prometieron y en algunas zonas, se sembraron árboles sin tener el mínimo conocimiento de si sus características endémicas se adaptaban al ecosistema y a dos años de gestión, el 50% de ellos ya se secaron.

En la Península de Yucatán, los mismos campesinos reconocen que en anteriores administraciones, recibían apoyos federales por conservar la selva. Con “Sembrando vida”, reciben dinero por deforestar, porque supuestamente están preparando el terreno para una siembra incierta al desconocer el estado legal de las parcelas replantadas, por lo que no hay garantía de que de verdad los campesinos puedan cosecharlas con el grano que se supone, por acuerdo y consenso, sembrarían. Ante tal incertidumbre, hay poca motivación para cuidar las nuevas siembras.

Este fin de semana, distintos medios de comunicación dieron a conocer la investigación periodística de Tania Gómez y Sergio Rincón, que devela el conflicto de interés que existe entre el programa favorito del Presidente y su familia. Se sabe que en su natal Tabasco, “Sembrando Vida” ha tenido un particular impulso para sembrar cacao (a pesar de que los campesinos tabasqueños habían decidido por consenso sembrar otra cosa).

Curiosamente, resalta el nombre de Hugo Chávez Ayala, amigo de la familia presidencial desde hace muchos años; él se encarga de la Finca de la familia López “El Rocío” donde se siembra cacao para la fábrica de Chocolates del mismo nombre, cuyos dueños son los hijos mayores del Presidente, también asesora en su modelo de negocios y ha logrado ubicar a la marca como chocolates Premium desde un exclusivo local ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

La realidad es que para los campesinos tabasqueños, según la investigación periodística, quienes sí lograron cosechar cacao (porque muchos de ellos no sabían las características del grano, cómo se cuidaba, cómo se almacenaba) se encuentran con la restricción de que su producto solo puede ser vendido a Hugo Chávez Ayala, dueño de la empresa “Agrofloresta Mesoamericana” quien en menos de cinco años, se ha ubicado como el principal empresario exportador de cacao fino, además es Director Técnico de “Sembrando Vida” y forma parte también del Consejo Consultivo del Programa.

Por los serios señalamientos que han salido a la luz pública, por la propia investidura presidencial, es imperativo que se realicen las indagaciones pertinentes para conocer la verdad sobre el presunto vínculo que existe sobre “Sembrando vida” con el cacao que supuestamente, se está cosechando para la fábrica de chocolate de la familia presidencial. Es preciso que las y los mexicanos, tengamos certeza de que no hay corrupción en la aplicación de los programas sociales.

*Senadora de la República.