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Tatuajes

Por: Gicela Andrade Ruvalcaba

Los tatuajes han dejado poco a poco de ser un tabú, y han empezado a ser una forma inofensiva de expresión personal, sin embargo, no olvidemos que las personas que suelen practicar esto aún reciben discriminación por parte de los demás, a pesar de las nuevas ideologías.
Nuestra generación, y muchas otras, crecimos con el estereotipo de que las personas tatuadas suelen ser malas personas, ya sea por su pasado, su irresponsabilidad o por su apariencia parecida a la de un criminal, o al menos eso es lo que nos decían. No obstante, la apariencia no suele ser lo único por lo que son juzgados, también se dice que al ser algo que estará por siempre en nuestra piel es más fácil que el arrepentimiento se haga presente.
Para dejar estos prejuicios atrás es importante que siempre tengamos presente que el cuerpo ajeno no debe de ser juzgado como si fuera el de uno mismo, el hecho de que alguien este tatuado no lo hace mala persona, ya que solo cambia la apariencia, pero no la esencia. Incluso podemos empezar a ver los tatuajes como arte, no cualquiera puede hacer eso, y mucho menos hacerlo bien.
Una persona tatuada es una persona capaz de demostrar a los demás lo que es, acercándose de cierta manera, al mundo exterior, estas personas no buscan ser juzgadas, y no deben de serlo. Los tatuajes tienen más significado del que creemos, y de no tener ninguno, igual se siguen viendo espectaculares, dejemos atrás los prejuicios y empecemos a aceptar a los demás por lo que son y no por como se ven.