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El riesgo de ser periodista en México.

Por: Jenny González Arenas

En lo que va del 2022, tres periodistas han sido víctimas de homicidio en México y algunos otros han sufrido atentados contra su vida que, afortunadamente, no han tenido un desenlace fatal. Aunque los periodistas no son el único grupo profesional que sufre por la ola de violencia desmedida que azota nuestro país, hoy dedicamos estas líneas a la memoria de todos aquellos periodistas que han sido víctimas de algún delito a consecuencia del trabajo que desempeñan.
El artículo 5º de la Constitución Mexicana establece que todos nos podemos dedicar a la actividad económica que sea de nuestro agrado, siempre y cuando dicha actividad sea lícita. El periodismo es una actividad lícita, sin embargo, una persona que ha decidido dedicarse a esa actividad sabe que su trabajo lleva implícito un alto riesgo a su vida e integridad personales y familiares.
El periodismo como profesión trae aparejado la necesidad de ejercer otros derechos de forma plena como lo son la libertar de expresión, la libertad de asociación y la libertad de manifestación, al igual que el derecho de buscar y difundir información.
A partir de lo anterior, podemos decir que para que el profesional del periodismo pueda llevar a cabo su labor de una manera adecuada, se necesita de que exista respeto al estado de derecho en el lugar en el que se va a desempeñar. Pero en México, el periodista es denigrado, amenazado, criticado por el sistema, incluso corre el riesgo de dejar la vida en el ejercicio de su profesión.
México se ha convertido, en los últimos años, en una zona de guerra, en la que la impunidad y la corrupción son elementos que se han instaurado en el sistema y se reproducen, lamentablemente, sin que la autoridad implemente estrategias adecuadas para erradicarlos. Esta situación trae aparejada una compleja red de complicidad que violenta no solo los derechos de los periodistas, sino de toda la sociedad en su conjunto, puesto que, como ya se había señalado en anteriores entregas, la libertad de expresión es el derecho de una persona a decir lo que piensa, aparejada al derecho de toda la población a escuchar esa expresión y la información que alguien le puede proporcionar para crearse una opinión sobre determinado tema.
La red de complicidad implica que las autoridades legislativas crean figuras que permiten coartar, desde la norma, la libertad de expresión, el poder judicial emite sentencias sin un mecanismo adecuado de seguimiento que obligue a que dichas sentencias se cumplan y el ejecutivo se encarga de implementar políticas que en lugar de defender los derechos de los periodistas los persiguen y los acosan sistemáticamente, incluso les niegan acceso a la justicia y a la verdad.
México no solo permite la muerte de periodistas, sino que esta permitiendo la vulneración del derecho a la verdad, a la libertad de expresión, al acceso a la información de todos los mexicanos y está garantizando, con ello, que se reproduzcan modelos de vulneración de derechos humanos sistematizada lo que a mediano plazo puede ser un atentado contra la vida democrática de nuestro país.
La muerte de un periodista no es cosa menor, las amenazas tampoco lo son. El ejercicio del periodismo en México no debería ser un riesgo, al contrario, el periodismo tendría que ser una de las profesiones mas valoradas en nuestro país, porque es una de las profesiones que permite la formación de criterios, de opiniones, que acerca a la población a la información, por ello, cada vez que un periodista es amenazado o pierde la vida, la sociedad pierde una parte muy importante de ese engranaje que llamamos democracia.

*Docente-Investigadora UAZ