Skip to main content

Los periodistas ¿tendrán algo que conmemorar?

Por: Jenny González Arenas.

El 7 de junio se conmemora el día de la libertad de expresión en México, aunque a nivel internacional se conmemora el día 3 de mayo. Independientemente de la fecha, la pregunta es: ¿tenemos algo que conmemorar? ¿la prensa y los periodistas pueden hablar de una verdadera libertad de prensa y expresión en México?
Este sexenio se ha caracterizado por su constante golpeteo a los medios de comunicación y reiteradas afirmaciones de quien no está a favor del gobierno está en su contra, señalando constantemente a los medios de comunicación y reporteros que osen publicar algo en contra de la figura presidencial o alguno de sus colaboradores, ¿a eso le podemos llamar libertad de prensa?
Definitivamente el presidente puede decir lo que guste, para eso es el presidente, pero cuando su discurso genera odio, resentimiento y afecta un derecho humano, entonces debemos peguntarlos si la envestidura presidencial le da derecho a violentar un derecho tan importante en una sociedad democrática.
Debemos recalcar la doble o, incluso, triple función que tiene el derecho a la libertad de expresión, porque en primer lugar garantiza que un individuo pueda manifestar sus propias ideas, su opinión, publicar información que está a su alcance o es de su conocimiento, en segundo lugar, permite que la sociedad se informe, conozca, con lo que se fortalece la democracia al contribuir a la formación de uno o varios criterios sociales; por último, constituye una herramienta para el acceso o ejercicio de otros derechos como la libertad religiosa, la igualdad, el acceso a los derechos económicos, sociales y culturales, entre otros.
Es diversidad funcional del derecho lo hace relevante, no solo para quienes lo ejercen sino para aquellos que, a través de aquellos que lo ejercen, decidimos acceder a la información y creer o no creer en la democracia. Pero cuando es el propio gobierno que, supuestamente emana de la democracia, quien agrede a aquel que ejerce la libertad de prensa y por ende la libertad de expresión, entonces algo nos debe preocupar a todos como sociedad porque se encuentra en juego no solo el derecho de aquel a expresarse, sino el derecho de todos a informarnos y se atenta contra la democracia que es un derecho de todos.
El artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos es muy claro: “2. El ejercicio del derecho previsto [libertad de pensamiento y expresión ya sea de forma oral, escrita o en forma impresa o artística] … no puede estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley…”
Ningún derecho es absoluto dirán, porque se debe proteger los derechos o la reputación de los demás o la seguridad nacional, el orden público o la salud y la moral públicas.
Me pregunto, ojalá alguien me pueda contestar, ¿qué pretendían los legisladores importar una norma federal sobre violencia mediática?
“todo acto a través de cualquier medio de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva estereotipos sexistas, haga apología de la violencia contra las mujeres y las niñas, produzca o permita la producción y difusión de discurso de odio sexista, discriminación de género o desigualdad entre mujeres y hombres, que causea daño a las mujeres y niñas de tipo psicológico, sexual, físico, económico, patrimonial o feminicida.” Muchas y muchos dirán “bravo, se está protegiendo a las mujeres de violencia en los medios” pero otros, en los que me incluyo me pregunto, ¿podrá acaso alguno de los supuestos antes señalados caer en una censura disfrazada de protección a derechos? A eso se le llama violación sistemática de derechos humanos, porque una ley está disfrazando la defensa de un derecho cuando la realidad es que quiere violentar otro derecho.
Que se defienda a las mujeres, claro que si, estoy de acuerdo con ello, pero con los mecanismos adecuados, que permitan el desarrollo integral de las mujeres y su acceso a una vida libre de violencia.
Pero pareciera ser que dicho artículo entre líneas, va encaminado a evitar no la violencia contra la mujer, sino la libertad de los medios de comunicación que puedan ser acusados de discurso de odio o violencia política de género solo porque a quien se critica es una mujer. La línea es muy delgada y una censura a medios de comunicación expresada de forma tan genérica puede ser un arma de dos filos y, en lugar de proteger a las mujeres, las está privando de información importante para formarse e informarse, y con ello no se les aleja de una vida libre de violencia, al contrario, se les condena aún más, no solo a las mujeres, sino a toda la sociedad.
Reconozco ampliamente a muchas amigas y amigos periodistas que han logrado ejercer la libertad de prensa con responsabilidad y solicito a los dueños de los medios de comunicación apertura para dar voz a todas aquellas personas que quieren que alguien las lea o las escuche, porque hay muchas voces que tienen algo que decir y que no encuentran los canales para hacerlo, la sociedad se está privando de escucharles y conmino a los diputados y diputadas de Zacatecas a que actúen con responsabilidad y analicen con mayor cuidado lo que aprueban, porque el hecho de que es un copia y pega de una ley federal no lo hace una buena reforma.