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¡Monstruo de los tenis rojos!
Gicela Andrade

Imagine que tiene cinco años, está en preescolar, y su poca edad no le permite saber si lo que pasa es bueno o malo, sin embargo, el miedo se apodera de usted, no quiere volver a aquel lugar, el monstruo de los tenis rojos podría hacerle daño de nuevo, y usted no puede hacer nada más que verle esos tenis rojos que tanto terror inspiran, ¿será que lo que ese ser le hace es bueno? No puede ser bueno algo que lastima tanto, entonces decide hablar, decirle a sus papás, y sólo así sabe que lo que ha estado viviendo no es normal, y mucho menos bueno.
Se estima que 5.4 millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual al año en México. ¿Qué entendemos como abuso sexual infantil? Es el tocamiento indebido (partes íntimas),es decir cuando un agresor lastima intencionalmente a un menor ya sea física, psicológica o sexualmente. Esto es un ataque a la libertad sexual. El artículo 159 del código penal nos dice que el que utilice a un menor de 18 años de edad para la mendicidad será sancionado de 6 a 10 años de prisión.
En días pasados nos enfrentamos con la situación de un menor de edad de educación preescolar siendo abusado sexualmente, no obstante, no fue el único que fue agredido, sino que otros cinco menores más. Por lo que por situaciones como esta es necesario, diría yo, urgente promover una iniciativa de ley; LA CASTRACIÓN QUÍMICA, para todo aquel que cometa el delito de abuso sexual infantil.
Los niños y las niñas suelen tener cambio de actitudes cuando estas situaciones se hacen presentes, en este caso, los niños se hacían del baño en sus ropas con tal de no ir al baño y no encontrarse con el agresor. Como ciudadanía debemos evitar ser apáticos ante estas situaciones tan lamentables y reprobables. Defender a nuestros niños, escuchar a nuestras hijas, e hijos, amigas o amigos, y enseñarles a hablar en cuanto sientan que alguien rebase sus límites y haga algo que no les guste, o no les haga sentir cómodas. Y como autoridad educativa urge implementar sanciones más severas, como la sanción inmediata y no la reubicación a otro centro de trabajo.
Tengamos muy presente que nuestros niños deben ser protegidos y no revictimizarlos al pedirles que relaten los hechos una y otra vez, ya que estas son situación que les ocasionan problemas psicológicos. Cuando un niño o niña ve un monstruo de tenis rojos en el sanitario no es fantasía ni imaginación