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David sepultó al monrealismo

por Horacio Zaldivar

¿Qué puede haber imprevisto para el que nada ha previsto?
Paul Valéry

Ricardo Monreal en 1998, dejó el PRI para irse al PRD y ganarle la gubernatura de Zacatecas al partido de Estado, a partir de esa hecho se bautizó como el “monrealazo”, que creó y luego replicaron otros. Ricardo Monreal a su paso por el PRI leyó correctamente la simulación de los dirigentes con la militancia cómodamente apoltronados en posiciones de poder en la estructura del Estado, por lo que tejió una fina red de priístas y zacatecanos sin partido, recorriendo el estado y atendiendo personalmente toda reunión por pequeña que fuera, contando con el apoyo de miles de maestros cooptados por el entonces gobernador.

Sin embargo, ese gran capital que dejó en Zacatecas y que debió de haber sido alimentado, conservado por amigos, compadres y familiares que enquistó en los gobiernos que le sucedieron y en el Poder Legislativo estatal y federal, fue languideciendo alejados de la mano y atención de Ricardo Monreal, el que ocupado en sus responsabilidades parlamentarias en la Ciudad de México, regresaba a Zacatecas para recibir el reporte de sus allegados en cuanto a la situación del estado que invariablemente contestaban “Ricardo todo bien”; el monrealismo que en algún momento se convirtió en escuela de cuadros, terminó en millonaria bolsa de trabajo con cargo el erario.

Ricardo Monreal puso especial énfasis en impulsar a su hermano David, considerado como el “mejor” para sucederlo en su proyecto a largo plazo. Después de haber sido alcalde de su natal Fresnillo, lo llevó a la Ciudad de México para foguearlo desde cargos administrativos en el gobierno federal, pasando por un escaño en el Senado de la República, y a la coordinación del Programa Ganadero Crédito a la Palabra, gracias a la buena relación que el titular de la Junta de Coordinación Política del Senado tenía con el presidente López Obrador y de ahí a la gubernatura de Zacatecas.

Como dicen en el rancho, ahí fue “donde la puerca torció el rabo”. Desde la campaña David Monreal se rodeó de quienes lo habían acompañado durante los inicios de su aventura política, que al paso del tiempo terminaron sometiéndolo para ceder de facto el gobierno de Zacatecas. La ausencia de resultados del gobernador lo sitúan por nueve meses consecutivos en el último lugar del ranking de mandatarios, además de mantener al estado en los primeros lugares en materia de homicidios dolosos, secuestros, extorsiones, feminicidios y desaparecidos, sin que pareciera acusar de recibido la grave situación.

Hoy el monrealismo muere a manos de David Monreal. De se gran movimiento que gestó su hermano Ricardo, en Zacatecas solo quedan vestigios en comunidades favorecidas y atendidas en su momento por el senador, sinnúmero de sexagenarios también agradecidos, igual número de zacatecanos que migraron a los Estados Unidos, y escasos cuadros que en su momento formó, en su gran mayoría excolaboradores en el gobierno de Zacatecas, familiares y por supuesto los eternos zalameros que hoy aplauden el desgobierno de David Monreal.

Por su parte Saúl, el menor de los hermanos, siempre agredido por su hermano David, por su séquito de incondicionales, menospreciado por su Ricardo en apoyo al fracasado David, sin embargo, Saúl mostrando dignidad y agradecimiento por su hermano y maestro, publicó una pulcro texto en la que enaltece las capacidades de Ricardo, saliendo al paso de las descalificaciones en contra del aspirante a la candidatura presidencial del 2024, demostrando que de los hermanos Monreal es el más leal y que él sí aprendió la ciencia política y la administración pública.

Murió el monrealismo, nace el saulismo