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NI PERDONO NI OLVIDO

Nota Espe_culera
By Syres

Hace 49 años, los chilenos alzaban su voz para repudiar la tortura abyecta, el asesinato alevoso, la violación y el exterminio masivo que sumió a su país en una dictadura conocida por el mundo como el Régimen Militar, acuñándose en la memoria colectiva la famosa frase “ni perdono, ni olvido”. Aunque los mexicanos hemos tomado esta expresión para enarbolar muchas de las luchas sociales emprendidas en las últimas décadas, sorprende a propios y a extraños, la capacidad que tenemos como colectividad para de olvidar nuestra propia historia.
Según la nota publicada por “expansión”, el registro de accidentes en minas suma al menos 310 eventos mortales que contabilizan al menos 3,103 muertes de mineros. El más reciente acaecido el 03 de agosto de este año, donde 10 trabajadores quedaron atrapados en la mina de carbón en Sabinas, Coahuila, cuando se toparon con una mina antigua llena de agua que al venirse abajo provocó la inundación de la mina que explotaban los ahora atrapados. Pese a las horas de trabajo continuos, al momento no existen condiciones para sacar con vida a los mineros atrapados a más de 60 metros de profundidad.
Hace 16 años, la mina 8 de la Unidad de Pasta de Conchos en el Municipio de San Juan de Sabinas Coahuila, explotó tras una acumulación de gas metano que sumado a las deplorables condiciones de seguridad de la mina costó la vida de 65 mineros. En ese caso, el propietario Germán Larrea, no dio la cara a los medios de comunicación pese a que existían reportes de fallas de seguridad reportadas desde el año 2000, 6 años antes de la desgracia. A solo cinco días del siniestro, Grupo México declaró muertos a los mineros sin haber instalado un equipo de monitoreo que permitiera su ubicación precisa, y con base a este informe técnico y científico, se decretó que no había posibilidad alguna de supervivencia por la explosión de gas metano. Pese a que los trabajadores ya habían reportado algunas irregularidades en la mina así como que la concentración del gas metano estaba muy por encima de los niveles legales.
Cuatro años después, los chilenos demostraban al mundo su exitoso plan de rescate de 33 mineros que quedaron atrapados a 720 metros de profundidad durante 69 días tras el derrumbe de la mina San José. Las labores de rescate comenzaron ocho horas después dirigidas inicialmente por el ingeniero en minas Miguel Fortt Zanoni. Para el viernes grupos de resctatistas comenzaron a trabajar para lograr el acceso por una chimenea de ventilación a la vez que los mineros atrapados subían por la escalera de emergencia. Tras ocurrir un segundo derrumbe, el gobierno chileno anuncio el nuevo intento de rescate bajo la dirección del Ing. André Sougarret en coordinación con el ministro de minería chileno Laurence Golborne, quienes utilizaron maquinaria pesada de perforación. Tras 17 días atrapados, los mineros fueron encontrados concentrados en un espacio y con vida, aunque con considerables muestras de desnutrición, pero con un sentimiento de solidaridad y espiritualidad que les permitió sobreponerse a la tragedia. Después se integró el “Grupo de Tarea Naval 33” compuesto por especialistas en submarinos y un medio especialista en medicina de inmersión de la armada de Chile. Tras 33 días de perforaciones interrumpidas solo por problemas de la maquinaria el gobierno chileno logró rescatar al primer minero, sacando uno por hora. En México, las tragedias se repiten, y pese a nuestras amargas experiencias, el Gobierno pareciera desprecia la vida de los obreros de la minería, demostrando que está más urgido por tapar la falta de seguimiento en las concesiones que en sacar con vida a los mineros.