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¿Seguridad?

Por: Juan Carlos Girón Enriquez

El regreso a clases presenciales al 100 % de la Universidad Autónoma de Zacatecas trae consigo la movilización de, aproximadamente, unos cuarenta mil estudiantes, así como docentes y trabajadores universitarios que regresan a sus actividades cotidianas después de quince días que se convirtieron en prácticamente dos años y medio.
Esa movilización de personas se ha tornado caótica, sobre todo en los lugares en los que se concentran centros educativos, independientemente de que sean de la UAZ o no, porque no olvidemos que en Zacatecas también contamos con una sede del Instituto Politécnico Nacional y con algunas otras universidades estatales y privadas que, si bien es cierto algunos ya habían regresado desde el semestre pasado de forma presencial, también es cierto que se complica significativamente la movilidad al incrementarse el tráfico de personas en diferentes medios de transporte.
El caos vehicular es reflejo de una mala organización de las autoridades en materia de vialidad que se ven rebasadas por la gran cantidad de personas que se tienen que trasladar de un lugar a otro en determinadas horas.
Pero si la organización vial ha sido un caos, no se puede esperar otra cosa de la estrategia de seguridad.
Zacatecas ha sido boletinado en Estados Unidos y Canadá como una de las entidades a las que se les aconseja que no viajen los ciudadanos de aquellos países y no tenemos, desafortunadamente, un argumento para debatir o contradecir lo que aquellos gobiernos señalan.
Pero no es sólo Zacatecas, muchas entidades de nuestro país, si no es que todo, están atravesando por una grave ola de violencia que tiene a toda la población en vilo. La falta de una estrategia clara de seguridad a nivel nacional, así como la militarización de las fuerzas de seguridad pública son problemas que no se deben tomar a la ligera, mucho menos minimizarlos, puesto que de ello depende la clase de país y de democracia que se construya en México.
Al enfrentar esta crisis de seguridad, se han escuchado una serie de declaraciones por parte de presidentes municipales y gobernadores, sobre todo de Morena, que prenden las alertas y nos hacen pensar de lado de quien se encuentran esos gobernantes, porque pareciera que defienden al crimen organizado en lugar de tratar de combatirlo y que buscan que la sociedad se someta a la voluntad de la delincuencia en lugar de tratar de combatirla y brindar seguridad a los mexicanos.
Nunca nuestro país había enfrentado tanta impunidad como ahora, ni tampoco habíamos tenido gobiernos tan incompetentes como ahora, - no defiendo a los anteriores, pero al menos jugaban la parte y encerraban uno que otro delincuente, hacían que investigaban y se veía más presencia policial que ahora -, pero si el presidente dice que es una exageración, que les pregunte a los familiares de las 341 personas que perdieron la vida de forma violenta entre el 10 y el 14 de agosto, o que les pregunte a todos aquellos que temieron por su vida al encontrarse atrapados en medio de un acto violento.
Si esas personas votaron por este gobierno, es momento de que le exijan la seguridad que tanto prometió, y si no votaron por el con mayor razón hay que exigir seguridad, porque este no es el Estado Mexicano que queremos heredar a futuras generaciones.
Si la pandemia genero miedo y muerte en la población, la inseguridad lo ha rebasado.