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VOCEROS INSTITUCIONALES

Nota Espe_cuera
By Syres

Eran los tiempos presidenciales de Vicente Fox. Lo que en un principio era pintoresco y hasta simpático, se fue convirtiendo en un problema de comunicación entre el Presidente y el electorado, pues sus dichos campiranos y andar despreocupado se tornaron en un modelo de comunicación irreverente y mediocre que poco respeto aportaba a su embestidura presidencial.
Frases como el de ¿Y yo por qué? ¿Cuándo se le cuestionó sobre su intervención en el conflicto entre las televisoras del Canal 40 y TV Aztecas o el de las “lavadoras de dos patas, o de dos piernas no metálicas? Que esbozara el 19 de febrero 2006 en Mazatlán al referirse a que el 75% de los hogares del país no tenía dicho electrodoméstico.
Este tipo de declaraciones, fueron fuente de duras críticas a la madurez discursiva del mandatario y a su nivel intelectual porque no decirlo, razón por la al poco tiempo de contraer nupcias con su Ex Coordinadora de Comunicación Social de la Presidencia y Ex Coordinadora de Comunicación del Estado de Guanajuato, Vicente Fox contrató al Doctor en Política Rubén Aguilar Valenzuela, catedrático y periodista famoso en los primeros años del 2000 por su preámbulo.... “Lo que el Presidente quiso decir”.
El Vocero de los Pinos, se convirtió en una pieza fundamental en el Gobierno Federal, porque sus aportaciones sirvieron de inspiración al conocido programa televisivo “El Privilegio de Mandar” con su adaptación: “Lo que Chente quiso decir” personificado en aquel momento por el extinto actor Jorge Arvizu el Tata. También sirvió para reproducir la versión mexicana del modelo de comunicación usado en la Casa Blanca de los Estados Unidos, y uno de los mecanismos de comunicación, que mejor han funcionado a los gobiernos contemporáneos.
La Vocería Gubernamental es uno de los más eficaces instrumentos de comunicaciones y una gran estrategia política cuando el mandatario en turno no tiene las capacidades histriónicas y culturales necesarias para defender su discurso. El vocero es un instrumento profesional cuya función es hablar a nombre del Presidente o Gobernador y su contratación se justifica por tres motivos:
El primero porque el Ejecutivo no debe concentrar la comunicación que gira en torno a la institución que representa, no solo por su magnitud, sino por los riesgos que implica estar sobre expuesto a los medios de comunicación. El segundo porque la representación que ejerce el vocero es la posición oficial que asume el gobierno frente a temas relevantes y guía política, conceptual y argumentalmente al Gabinete. Y la tercera justificación es que ante cualquier conflicto o crisis está demostrado que la diversidad de voces en los medios de comunicación de poco o nada contribuyen para resolver los problemas, más bien los complican y recrudecen.
De hecho, existen reglas básicas en la mercadotecnia política que van desde el amplio dominio del quehacer público; facilidad de palabra; uso de lenguaje claro y concreto; ser un buen transmisor del posicionamiento institucional; estar informado sobre las noticias; tener destreza para tratar con diversos públicos; generar confianza y credibilidad; habilidad de construir mensajes y mostrar empatía hacia los problemas de la sociedad.
Como habrá leído querido Lector, ninguna de estas reglas básicas o cualidades políticas posee David Monreal o ya de perdida su Secretaria General de Gobierno, Gabriela Pinedo, y por eso tenemos que aguantarle al mandatario declaraciones de profunda rebuznada como la confesada ante los narcobloqueos y quema de vehículos del sábado pasado donde proclamó Que el crimen no solo está organizado, sino que es inteligente. A falta de vocero diré, que lo que el Gober quiso decir fue: Que su gobierno está desorganizado e inepto para enfrentar el problema de la inseguridad en el Estado.