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Unidad es lo que se necesita.

Por: Jenny González Arenas.

Cuando el Estado se empeña en modificar las normas y esas modificaciones impactan de manera negativa en nuestras actividades cotidianas, es momento de hacer un alto en el camino, olvidarnos de las diferencias que nos separan y abrir nuestra mente para entender los escenarios que tenemos frente a nosotros que amenazan nuestro futuro laboral o nuestra estabilidad.
La reforma constitucional de 2017 y su respectiva reforma a la Ley Federal del Trabajo de 2019 impactan en la forma en la que se ha venido desarrollando la vida sindical en la Universidad Autónoma de Zacatecas, algunas cosas para bien, otras cosas para mal, sin embargo, el estar o no estar de acuerdo con la reforma, no nos exime de las consecuencias que ésta traiga para nuestro futuro y estabilidad laboral.
El sindicalismo en México se ha caracterizado por su contubernio con el patrón y con ello con una falta de respeto a los derechos de los trabajadores, es por ello que la reforma laboral tiene por objeto, al menos en lo formal, garantizar que todos los trabajadores conozcan su contrato colectivo y emitan un voto libre, secreto y directo, sin injerencias patronales más que las estrictamente necesarias, para manifestarse a favor o en contra de los lineamientos que se establecen en los contratos colectivos de trabajo.
Pudiéramos pensar que las Universidades son espacios de discusión en los que la diversidad de pensamientos impera acompañada de la tolerancia y el respeto, pero eso no significa que nos volvamos indiferentes ante un escenario que amenaza con lacerar las condiciones de trabajo de los docentes universitarios ante la indiferencia tanto de la patronal como de la parte de la representación sindical.
Cierto es que el proceso de legitimación se encuentra contemplado en la reforma laboral. La legitimación es el procedimiento mediante el cual los trabajadores que se encuentran bajo el régimen de determinado contrato colectivo de trabajo tienen la posibilidad de manifestarse libremente, a favor o en contra, del contenido de dicho contrato, pero dicho procedimiento tiene que llevarse a cabo conforme a los lineamientos establecidos en la norma y los protocolos diseñados para tal efecto, por lo que no se requiere descubrir el hilo negro, solo es necesario revisar la normatividad y los protocolos con la finalidad de implementarlos, apegados a derecho, lo que implica dejar de posponer lo que es urgente y necesario, el inicio del proceso de legitimación del contrato.
La Universidad Autónoma de Zacatecas no se encuentra exenta a esos procesos regulados en la Ley Federal del Trabajo, así como tampoco tiene que implementar mecanismos que no se encuentren ahí contenidos, porque la ley es general y no se contemplan excepciones en su aplicación.
El Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas no tiene porque recibir un trato diferenciado al Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Zacatecas, ya que por ser sindicatos gremiales, ambos tienen que gozar de un trato similar, en la medida que las funciones que representan se lo permitan.
El SPAUAZ, con la apatía del aún Secretario General, está retrasado en su proceso de legitimación del CCT UAZ-SPAUAZ, lo que pone en un riesgo inminente a todos los sindicalizados, independientemente si son jubilados, contratados bajo la modalidad de jubilación dinámica, incluidos bajo la modalidad de la cláusula décima transitoria de la Ley del ISSSTE o bien lo que ingresaron bajo la modalidad de cuentas individuales, todos tenemos el mismo riesgo de perder nuestra contratación colectiva y con ello, nuestra seguridad laboral. No se trata de mantener privilegios, porque la contratación colectiva del SPAUAZ, comparada con las de otras universidades públicas a nivel nacional, no garantiza un ingreso digno ni reivindicador de la labor docente, por el contrario, se ha precarizado cada vez más el ingreso de los agremiados al SPAUAZ, pero ello no significa que, por la indiferencia o afinidades políticas o compromisos extrauniversitarios de quienes ahora dirigen tanto la rectoría como al sindicato, estemos, los universitarios, dispuestos a perder, lo poco de dignidad que representa nuestro contrato colectivo.

Docente investigadora UAZ