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NI LES IMPORTA NI LES AQUEJA
Nota Espe_culera
By Syres

Según la propia página de la Legislatura Local, el Primer Congreso Estatal se instaló en marzo de 1822 con la asistencia de los diputados don Domingo Velázquez, doctor don Mariano Iriarte doctor Don Juan José Román, don José María Elías y don José Francisco Arrieta, posteriormente, se incorporó el doctor Juan Vélez teniendo como sede las casas consistoriales. Este primer Congreso inicio con tan solo seis diputados, un primer oficial y dos escribientes. La diputación provincial estuvo en funciones hasta el día que tomó protesta el Congreso Constituyente y, posteriormente, el Congreso Constitucional. Sin embargo, los congresos fueron disueltos tras la presión del General Santa Anna. La primera legislatura del estado de Zacatecas de la República Restaurada surgió en el año 1866. El Congreso se formó con 12 diputados, cada uno representante de un Partido Político (sistema de administración territorial durante el siglo XIX) cuyas cabeceras eran: Zacatecas, Fresnillo, Sombrerete, Pinos, Nieves, Mazapil, Jerez, Ojocaliente, Villanueva, Juchipila, Nochistlán Tlaltenango. El número de diputados fue creciendo a medida que aumentaba la población.
A finales del Siglo XVIII y principios del Siglo XIX los congresos solo escogían a ciudadanos distinguidos de las diferentes localidades para que tuvieren un cargo de elección popular, cargo que no es por intrigar era honorario. (Lucas Alamán Historia de Méjico). Otro dato curioso, era que en el Virreinato de México se contaba con siete diputados, y que no hubiere obstáculo para que el indio puro” y sus descendientes puedan ser diputado y de descendientes de españoles, gozarán de los derechos comunes a aquellos, por lo cual “pueden ser elegidos Diputados, como iguales vasallos, así como lo habrán sido o podido ser los residentes de Indias.
Dos siglos después, lo único que incrementó fue el número de oportunistas, perdón, de diputados en el congreso local. Los cuales a lo largo de las Legislaturas fueron abandonando la idea de que fueran cargos honoríficos, para cobrar millones de pesos anuales por un trabajo mediocre que más se acerca a un espectáculo de carpa que a un acto de solemnidad y respeto.
Aunque los zacatecanos estemos gobernados por la ignorancia y la soberbia, y que esta haya tenido que pagarle –con nuestros impuestos- a los diputados para que no lo atacaran durante su Primer Informe, no significa que también debamos tolerar el comportamiento mediocre y rapaz de los integrantes del Congreso Local, Diputados que en tan solo un año se han distinguido por su mediocridad legislativa y pereza mental.
Se dice que durante el desarrollo de las distintas comparecencias los diputados locales se han distinguido por su falta de respeto y solemnidad en los diferentes actos, a los cuales se les ha visto bromear, burlarse, llegar tarde, comer, tomar café, jugar cartas y abandonar el recinto para salir a desayunar y pasear por el Centro Histórico durante el desarrollo de las comparecencias. Pero lo que fue el colmo, fue su inasistencia a la comparecencia programada de la Secretaría de la Función Pública, y no porque hubiera sido muy interesante las mentiras que nos iba a echar la Contadora Humbelina, sino porque se supo fue una “maniobra” armada para evitarle a la titular y amiga de Julieta Del Río la vergüenza de no saber contestar frente a los cuestionamientos.
Sin nada que abonar al Estado, los integrantes del Congreso Local han demostrado que ni el Poder Legislativo ni el Ejecutivo están a la altura de los problemas que aquejan a los ciudadanos. Y que mientras ellos sigan recibiendo sus cheques puntuales, la inseguridad y la pobreza son problemas que les son ajenos, y que por ende, ni les importa ni los aqueja.