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¿Porque a nuestra sociedad le cuesta tanto la igualdad?

“Por un país con empatía, donde hombres y mujeres nos veamos por igual”.

Bennelly J. Hernández Ruedas

Esta semana, como parte del trabajo legislativo que llevamos a cabo en la Comisión de Igualdad de Género, estuvimos analizando un proyecto de decreto para impulsar el diseño de políticas y programas de desarrollo empresarial, industrial y comercial, que empoderen a la mujer.
Por muchos años y de formas distintas, la mujer se ha mantenido en pie de lucha, logrando abrirse espacios y oportunidades, para tener decisión y hacer oír su voz.
Sin embargo, por muchas razones, muchas de ellas sin lógica alguna, a la mujer se le sigue privando de oportunidades e ideales; el machismo continúa perpetuando para que la mujer no pueda obtener mismas posibilidades.
Las mujeres nos seguimos enfrentando a barreras invisibles, que abonan a la disparidad de género; tales como, la desproporcionalidad en salarios; limitantes para acceder a puestos directivos; además de ser obligadas a situarse en sectores económicos de baja productividad y de la economía informal, por el simple rechazo misógino sistemático que existe.
Es intolerable que, en la actualidad, se sigan generando prácticas discriminatorias hacia la mujer, cuando la igualdad entre géneros no solo es un derecho humano; representa la base para poder alcanzar la sociedad equitativa que necesitamos, con mayores oportunidades para la mujer, en todos los ámbitos de desarrollo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), refieren que la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, es fundamental para brindarles más opciones, recursos, así como mayor autonomía en sus decisiones de vida.
Incluso en la Agenda 2030 que se propone para el Desarrollo Sostenible a nivel mundial, precisa que la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres y las niñas, han quedado reflejados como un objetivo específico, para que, a través de una acción conjunta entre los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado, se diseñen normas y políticas que garanticen la inclusión del talento, las aptitudes y la energía de las mujeres.
Para que este anhelo sea una realidad, es necesario que las empresas pasen del compromiso a la acción. Se deben adoptar medidas y políticas decisivas, visibles, cuantificables y medibles, para que suceda un verdadero empoderamiento de la mujer.
La UNESCO refiere que las empresas que tienen mayor igualdad de género, gozan de niveles más altos de crecimiento y de un mejor desempeño; esto, porque las mujeres han demostrado ser agentes económicos clave, que generan prosperidad, empleo e innovación, como un potente motor del desarrollo.
En este tenor, los retos y oportunidades que representa el empoderamiento de las mujeres, ha sido un tema de debate en múltiples reuniones de organismos internacionales; particularmente, en lo que respecta a las actividades económicas; las limitantes que afrontan para que sus ingresos se traduzcan en mecanismos para construir economías más fuertes; el establecer sociedades más estables y justas; así como mejorar la calidad de sus vidas, la de sus familias y comunidades.
Sabemos que aún falta un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de género deseada, sin embargo, no vamos a desistir. Hoy más que nunca captar el talento femenino, desde el personal graduado de la universidad, es decir, los puestos de entrada; hasta el más alto nivel de toma de decisiones, en este caso las direcciones, juntas directivas y presidencias de las empresas, requiere del impulso, disposición y perseverancia de todos, hombres y mujeres.
Así es, la igualdad no va surgir del deseo de la mujer, es un tema que compete y necesita de la disposición y deconstrucción de la sociedad en general. Solo de esta manera se logrará erradicar la misoginia y machismos, que tanto daño nos han hecho, para transitar a una sociedad más equitativa y con paridad.
Es grato concluir que, el proyecto de decreto en mención, el cual establece la adición de la fracción X Bis, al artículo 34 de la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, fue aprobado como dictamen y publicado en el Diario Oficial de la Federación, entrando en vigor a partir de este mes.
Noviembre no puede iniciar de la mejor manera, con garantías para el principio de igualdad sustantiva en el ámbito del empleo, el derecho a la no discriminación en las ofertas laborales, la formación y promoción profesional, las condiciones de trabajo y la participación activa de la mujer.

*Diputada Federal