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El destructor de México

por Horacio Zaldivar

La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía
Emiliano Zapata

Aquellos que entramos al otoño, quizás al invierno de nuestras vidas, recordamos el mágico país en el que crecimos, que en los libros de texto gratuitos se describía como el “cuerno de la abundancia” en referencia a la forma geográfica de México, país cuyo desarrollo y progreso en algún momento fue referente para América Latina.
Hoy el país es un remedo de cualquier dictadura bananera de América Latina, gracias a la urgencia de López Obrador por resarcir sus resentimientos sociales dignos de un análisis y tratamiento psiquiátrico. El poder sobre todas las cosas fue y ha sido el motor y motivo fundamental del presidente para llegar a creer que es la reencarnación de Simón Bolivar Libertador de América.
Después de los últimos cuatro sexenios de pública corrupción de gobiernos priístas y panistas, dejaron puesta la mesa para que un viejo priísta-hoy presiente del país-catalizara sin ningún problema el justificado repudio popular, principalmente a los expresidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Enrique peña Nieto, y en menor grado en contra de Felipe calderón.
López Obrador colmilludo vividor del erario y de los demás, después de recorrer en dos ocasiones el país concluyó que no solo había millones de mexicanos resentidos, hartos, encabronados con el gobierno, sino también igual número de ignorantes fácilmente manipulables ante los ancestrales agravios recibidos del Estado, que incluso llegó a calificar a sus seguidores como “animalitos”.
A sólo cuatro años de haber asumido la Presidencia, su situación y la de su familia ha cambiado radicalmente, pasando de vagos miserables a miserables multimillonarios, al igual que secretarios de Estados, del gabinete ampliado, gobernadores, alcaldes y legisladores emanados de Morena, en un ofensivo contraste con millones de mexicanos que sobreviven como dice la frase “de milagro”.
Así como en Zacatecas Verónica Díaz se engulló de un bocado a Ricardo Monreal, así lo hizo Andrés Manuel López Obrador con el país. No dejará piedra sobre piedra, ni siquiera del Nuevo Aeropuerto Internacional proyectado en Texcoco, acabó con todo, fideicomisos, programas educativos, agrarios, de salud, etc., pero también, abrió las arcas del país para ser asaltadas por su familia y colaboradores.
Los que estamos llegando al último piso nos resistimos a abandonar esta vida, ante la angustia e impotencia de saber que dejamos a nuestra descendencia no solo en incertidumbre, sino en un estado de indefensión, sin importar si les dimos los elementos y herramientas necesarias para salir adelante, pues sabemos que desde ahora enfrentan al gobierno de un enfermo mental y sus 40 ladrones, y que si permitimos se perpetúe en el poder, sus vidas no tendrán futuro.

Corrupción y traición sello de la fauna morena