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EL PERRO DEL HORTELANO

Nota E spe_culera
By Syres

El perro del hortelano es una fábula que alude a la gente envidiosa que no disfruta de un bien, ni permite que otros lo hagan. El origen este cuento trata de un perro que según el cuidaba el huerto de su amo, y en ese proceso alejaba a todos los animales que se acercaban a comer de él. Lope de Vega narra en su cuento que la condesa Diana no podi casarse con el plebeyo Teodoro, pero tampoco permitió que él lo hiciere con su criada Marcela.

Hecho este preámbulo, con mucho agrado recibimos los zacatecanos la noticia de que, por fin, David Monreal tomo una buena decisión para su administración, al relevar del cargo de Secretario de Desarrollo Social a su amigo íntimo Carlos Zúñiga quien en un tiempo record –menos de un año- logro despedazar una de las Dependencias que históricamente habían sido de las más consolidadas en el Estado.

Con pretensiones políticas tan grandes como su impericia, Carlos Zuñiga se la pasada dando muestras de su poderío de la influencia que tenía sobre el mandatario. Se trata pues de un personaje que ni siquiera pudo demostrar a los zacatecanos que contaba con estudios profesionales afines al cargo que se le confió, y que quiso competir con su homónima federal por el corazón de su patrón, rivalizando para ver quién de los dos podría hacer un dispendio de recursos públicos con más desorganización. A partir del lunes –y aprovechando el periodo vacacional- Carlos Zuñiga fue nombrado el nuevo Jefe de Oficina del Gobernador, cargo que le permitirá asistir a reuniones de gabinete y llevar la agenda del mandatario.

Es poco lo que puedo alabarle a David Monreal durante su gestión, pero estoy esperanzado de que el cambio de Adolfo Marín y ahora el de Carlos Zuñiga representen un cambio en el rumbo del gobierno zacatecano, y aunque hay otras piezas que mover del tablero, o ya de perdida, si van a seguir viviendo de nuestro presupuesto, por lo menos ponerlos en un cargo donde no dañen tanto a la ciudadanía. Porque son muchos perros del Hortelano para una sola huerta, caninos que por ignorancia, por soberbia y por ineptos, no dejan hortaliza viva, ni para ellos disfrutarla ni para alimentar al pueblo.