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Adictos al erario

por Horacio Zaldivar

El que no se atreve a ser inteligente, se hace político
Proverbio popular

La rebeldía es algo que México necesita para exigir cuentas al poder, acabar con la corrupción y la impunidad, aseguró el prestigiado periodista Jorge Ramos. Su función social es cuestionar al que está en el poder y darle voz a los que no la tienen; criticó a los periodistas que están cerca del gobierno, cuestión que les impide realizar su labor de manera objetiva.
En este orden de ideas puedo afirmar, que en la historia moderna del país no se tiene registro de una pública y voraz corrupción de políticos, como la que practica y solapa el presidente López Obrador y cómplices, como él, en su gran mayoría egresados de escuela heredada del priísmo, hoy conversos al partido de Morena.
En contraste con países como Suecia donde los parlamentarios no reciben salario y pagan de su peculio asesores y otros menesteres del cargo, en México miles de ciudadanos enquistados en cargos de elección popular se aferran a seguir viviendo del erario, ante una evidente ausencia de capacidades que les permitan competir en mercados altamente especializados.
"Somos ciudadanos comunes", cuenta a BBC News Brasil el diputado Per-Arne Håkansson, del Partido Socialdemócrata, en su despacho del Parlamento sueco. "No tiene sentido conceder privilegios especiales a los parlamentarios, porque nuestra tarea es representar a los ciudadanos y conocer la realidad en la que viven.
Representar a los ciudadanos es un privilegio en sí, ya que tenemos la oportunidad de influir en el rumbo del país", añade Håkansson.
En un 99.9% de políticos mexicanos cuando son exhibidos en medios de comunicación o redes sociales, se quejan de “acoso mediático” y tratan de intimidar y amenazar con el “petate del muerto”, conscientes, que si alguien en su momento tiene que comparecer ante un juez son ellos, los que en la misma proporción no podrán comprobar el origen de sus cuantiosas fortunas y forma de vida.
El pasado lunes 22 del mes y año en curso, Fernando García Ramírez publicó en su columna de El Financiero ¿Veremos el derrumbe? En este texto coincide con la mediocridad de un personaje que tuvo que recurrir a la política y así poder vivir como siempre imaginó, como virrey, pero en ningún momento trabajó para ello, haciendo de la corrupción y el abuso del erario su forma de vida.
“Por lo pronto, los obuses informativos han apuntado a la familia presidencial. Ahora sabemos que el presidente López Obrador no es menos corrupto que los anteriores presidentes. Que sus hijos hacen lo mismo que los hijos de Martha Fox. López Obrador puede seguir con el ritual vacío de sacar su pañuelo blanco, de repetir la fórmula mentirosa de que él sí tiene “autoridad moral”. Pero las evidencias se siguen acumulando, escribió García Ramirez.
La estructura gubernamental se sostiene gracias al aporte de miles de burócratas y profesionistas comprometidos con México, que en una gran mayoría desquitan con creces cada peso de su salario. Ingenieros, contadores públicos, auditores, actuarios, sociólogos, financieros, economistas, etc., que hacen posible que la maquinaria del gobierno no naufrague, a pesar de los obuses a la linea de flotación disparados desde Palacio Nacional.
Estimados lectores, los invito hacer un ejercicio que les aportará elementos de juicio para formarse una opinión objetiva de los eternos vividores del erario. Elijan al azar a algún político, gobernador, legislador, y/o alcalde de Morena, investiguen si tiene algún título universitario o por lo menos técnico, y búsquenle un espacio en el segmento de mercado en el que pudiera participar.
Habiendo concluido este ejercicio, saquen sus conclusiones, y pregúntense, si el político elegido podrían vivir y gastar como lo hace ahora con el producto de su trabajo. Seguramente coincidiremos que el 100% terminarían en la mediocridad republicana (para no desentonar), y aquellos que lograran destacar, no dilapidaría su capital como lo hacen ahora con el erario.

Nos vemos en los tribunales