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La indolencia también mata

por Horacio Zaldivar

Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa
Ernesto Sábato

Millones de mexicanos han “normalizado” la grave violencia que azota al país, convirtiéndose en indolentes espectadores de la destrucción del país. No pasará mucho tiempo, quizás sólo meses, para que la violencia nos convierta en rehenes en sus hogares ante el peligro latente de ser asesinado o secuestrado en la calle o en las carreteras del país.

En las calles y carreteras del país, todos los días se comenten por lo menos 84 homicidios dolosos, según cifras oficiales del Gobierno de México.

Calles y carreteras se han convertido en tierra de nadie, en que familias, migrantes, transportistas, comerciantes, estudiantes, incluso policías, guardias nacionales y militares han sido asaltados, secuestrados o asesinados, gracias a la impunidad de que gozan.

En México levantar la voz equivale a jugarse la vida; la interacción con los responsables de otorgar impunidad a la delincuencia, coloca a un importante número de ciudadanos en la delegada línea entre la indolencia y complicidad; otro sector social, se alinea con los autores materiales de la violencia, en la mayoría de los casos por una pobreza que el Estado alimenta, y el resto como parte de la delincuencia.

Por si quedara alguna duda, jamás se hubiera pensado que en México existieran campos de exterminio como en la Alemania Nazi. En una nota publicada por el Sol de Tampico el 19 de junio informó: FGR notificará hoy a familiares de primer identificado en el campo de exterminio “La Bartolina”.

Durante años, "La Bartolina" fue utilizada por integrantes de la delincuencia organizada como un punto de movimiento y desaparición de cadáveres; la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) informó que ahí se habían recolectado media tonelada de restos óseos calcinados, que seguramente corresponden a miles de levantados, torturados y “desaparecidos”.

Por el momento, la única alternativa para frenar esta psicópata violencia, es participar en forma masiva en el proceso electoral 2023-2024; que los 50 millones de los ciudadanos llamados de “clase media” ejerzan su voto en contra del partido en el gobierno que ha permitido y solapado el asesinato de 158 mil mexicanos y 41 mil desaparecidos, que hoy sus familias siguen exigiendo justicia sin encontrar respuesta en un Estado omiso y cómplice.

A quien no le duele sus hermanos está condenado a ser víctima