LA MATANZA DE TLATELOLCO.
Elizabeth Mauricio G.
Hace unos días recorriendo el centro de la ciudad de México camino al Zócalo me tocó ver algo muy singular para mí, estaba un vendedor ambulante que tenía llaveros de metal con la figura de AMLITO (es controversial peluche de AMLO que fue y es un hit entre los AMLOVER). Ya en el Zócalo vi a varios vendedores que tenían productos del mismo personaje, pero mi sorpresa es que mientras que yo compraba pulseras, al menos 3 de cada 5 compraban peluches o llaveros de Amlito y eso me llevó a reflexionar. ¿Por qué hacen eso? ¿Qué los motiva?, de regreso por Madero rumbo a Bellas Artes, reflexioné sobre lo que ha pasado y realmente mi auto respuesta no fue muy sorpresiva.
Pues creo que parte del gran éxito de AMLO es porque nuestros dirigentes de oposición se la han pasado dándole la razón. Todo va más allá del discurso de la Unidad, lo cierto es que con hechos le han dado la razón al presidente una y otra, y otra vez. “Dijo de la existencia de la mafia del poder y hay van a juntarse” o sea darle la razón.
El extremo pragmatismo de los que históricamente fuimos antagónicos es el principal talón de Aquiles de la oposición.
Creo que es una falta de respeto afirmar que lo peor del PRI está en Morena, ya que no estamos hablando solo de actores, sino de la carga histórica de un partido político y el comportamiento que se han tolerado los que ahí militan. De la historia negra de encubrimiento y de impunidad, el PRI tiene una carga y una deuda histórica con México, que triste que ahora el PRD sea aliado del partido al que pertenecían los asesinos de los estudiantes de la plaza de las tres culturas, y que en la matanza de Tlatelolco se callaron las voces de jóvenes revolucionarios. Definitivamente, la incongruencia y hasta la falta de identidad de los dirigentes han ocasionado que la gente vea para MORENA que aunque no nos guste a muchos se ha convertido en la fuerza política por excelencia en el país, con todo y sus desatinos incluso los de inseguridad, escasez y falta de inversión.
Claro que hay Priistas valiosos y que nada han tenido que ver con actos reprobables del pasado. Lo que sí es verdad es que cada día hay menos dirigentes que piensan en el país y en sus partidos, ni que decir en cuidar los derechos de su militancia, la mayoría de las ocasiones basta con cubrir sus intereses personales, saciar sus aspiraciones y a la “fregada lo demás”.
Olvidar la matanza de Tlatelolco y dejar de señalar esa atrocidad por el hecho de ser aliados, no convierte a los que se hacen de la vista gorda más que en hipócritas, el 2 de octubre no se olvida, ni siendo aliados. El 2 de octubre se recuerda lo que jamás deberá volver a pasar. El 2 de octubre es una deuda histórica del PRI en el poder para con México.
