MUNICIPIO LIBRE
Mtro. Saúl Monreal Ávila
La base de la división territorial y de la organización política de las entidades federativas son los municipios, los cuales tienen a su cargo funciones y servicios públicos, como el acceso al agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales; alumbrado público y mantenimiento de calles, parques y jardines; la administración de mercados, centrales de abasto y panteones; así como la seguridad pública, policía preventiva municipal y tránsito, entre otras, para lo cual sobra decir que se requiere la erogación de una gran cantidad de recursos. En el caso de Fresnillo, dichos recursos se obtienen en una proporción de 80/20 entre recursos federales y propios, lo que representa una gran dependencia de las aportaciones y participaciones que le destina la federación.
Esta disparidad se replica, en mayor o menor medida, en todos los estados de la república, a consecuencia de un federalismo fiscal centralizado. De acuerdo con el estudio “¿Qué reforma fiscal necesita México?”, elaborado por el Instituto Belisario Domínguez, del año 2000 al 2016, México ocupó el lugar número 35 de las 38 naciones que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de acuerdo con los ingresos tributarios como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), con el 13.6 por ciento. Tomando esa cantidad como el 100 por ciento de la recaudación, los municipios aportaron únicamente el 1.4 por ciento.
Este, junto con otros elementos de nuestra vida pública, han generado una centralización incompatible con nuestra forma de Estado republicana y federal. Dado que la centralización y la descentralización son nociones que conviven en la organización del Estado, se han planteado movimientos graduales y progresivos dirigidos a mitigar aquellas tendencias, en un sentido y en otro, consideradas como “ya no adecuadas” a una realidad efectiva.
En este sentido, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador estableció como uno de sus 100 compromisos con el pueblo de México en el histórico 2018 (el número 54), el de la descentralización administrativa del Gobierno federal y las secretarías, con el fin de distribuir las oficinas encargadas de su despacho a lo largo del territorio nacional. Para esto, las ubicó en las regiones más emblemáticas de su gestión o donde eran mayormente requeridas, como la Secretaría de Turismo a Quintana Roo, la Secretaría del Bienestar a Oaxaca, o en el caso de nuestro estado, Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX), ofreciendo para las personas servidoras públicas y trabajadores de dichas instituciones públicas, facilidades para su traslado.
No obstante, la descentralización fiscal sigue siendo uno de los grandes pendientes, ya que requiere de una reforma fiscal que implica un debate amplio en el que se revisen los criterios de asignación de las participaciones y aportaciones federales y se tomen en consideración las necesidades de los 2,469 municipios que integran la República para distribuir de mejor manera las facultades tributarias entre la federación, los estados y municipios, no sólo para mejorar la capacidad recaudatoria del país, sino para estrechar los lazos entre las autoridades locales y la ciudadanía, para fortalecer la figura del municipio autónomo, y para hacer el sistema más responsable, que logre revertir la tendencia al endeudamiento con cargo a los ingresos provenientes de la federación.
Docente de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ
saulmonrealavila@hotmail.com
