Julieta del Río
Información que salva vidas: entender el cáncer de mama a tiempo
Cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una fecha que busca crear conciencia sobre la importancia de la detección temprana, la atención oportuna y el acompañamiento a quienes enfrentan esta enfermedad. Hablar del cáncer de mama no es solo hablar de salud, es hablar de vida, de derechos y de la urgencia de fortalecer la información que salva.
El cáncer de mama es la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres mexicanas. Según datos del INEGI, cada año se registran más de siete mil fallecimientos, muchos de ellos evitables si se hubieran detectado a tiempo. Por eso, más allá de los discursos o los moños rosas, el verdadero compromiso está en garantizar que todas las mujeres —sin importar su nivel socioeconómico, su edad o su lugar de residencia— tengan acceso a información clara, confiable y oportuna sobre cómo prevenir y atender esta enfermedad.
Durante mi experiencia en el ámbito de la transparencia y la protección de datos, he confirmado que el acceso a la información pública puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Saber a qué instituciones acudir, qué programas de salud existen, cuáles son los derechos de las pacientes, qué medicamentos están disponibles o cómo acceder a una mastografía gratuita, es empoderar a las mujeres con conocimiento. La información no es solo un derecho: es una herramienta para vivir.
La detección temprana del cáncer de mama es posible si hay campañas constantes, servicios accesibles y sistemas de salud coordinados. Pero también si las mujeres tienen la confianza para acudir a revisiones, sin miedo ni estigmas. En muchos casos, el desconocimiento o la desinformación impiden actuar a tiempo. Por eso, las instituciones públicas deben asumir la obligación de comunicar con claridad, rendir cuentas sobre los recursos destinados a la prevención y garantizar la transparencia en la compra y distribución de medicamentos.
No menos importante es la protección de los datos personales en el sector salud. Los diagnósticos, historiales médicos y tratamientos son información sensible que merece el más alto nivel de resguardo. En tiempos de digitalización, cuidar esa privacidad es también un acto de respeto hacia las mujeres que enfrentan esta enfermedad.
El cáncer de mama no distingue edad, clase social o región. Pero sí se combate mejor con empatía, con políticas públicas bien informadas y con una ciudadanía consciente. A veces, un dato puede abrir una puerta: una dirección de centro de salud, una convocatoria de apoyo o una estadística bien difundida pueden ser el primer paso hacia la detección oportuna.
Hoy, más que nunca, es momento de recordar que la lucha contra el cáncer de mama no es solo médica, sino también social. La información empodera, la prevención salva y la solidaridad acompaña. Detrás de cada historia de lucha hay una mujer valiente, una familia esperanzada y una sociedad que debe responder.
Que este octubre nos sirva para mirar más allá del color rosa y reconocer que la transparencia, la educación y el acceso a la información también curan. Porque en la lucha contra el cáncer de mama, saber a tiempo puede significar vivir más.