“Es otoño…”
Por LA MADA (Magdalena Edith Carrillo Mendívil)
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“Es otoño, los amantes ya se fueron, las hojas de los árboles cubren el campo. Sus voces amorosas ya no se escuchan. El verano terminó.” (Jordán, 1968). ¡Cómo causaba nostalgia escuchar esta esta canción! y más cuando venía de un paisano, orgullo de Los Mochis, además estaba guapetón… bueno, en aquellos años de estreno de esta canción debió de despertar pasiones en más de una adolescente, que como su nombre lo indica, adolecía de las aflicciones propias de la edad, y más si los augurios no eran nada buenos para las próximas tres estaciones: otoño, invierno y primavera… tendría que esperar hasta verano para otros amores... Afortunadamente en la vida real es otra cosa y uno puede enamorarse en cualquier estación, escuchar voces amorosas en cualquier momento y también uno puede mandar o ser mandado al carajo en cualquier estación… inclusive durante el verano.
El otoño es mi estación favorita, por si acaso usted se lo había preguntado eh aquí la respuesta. Casi siempre se relaciona esta hermosa estación con la nostalgia, la pérdida, la decadencia… “otoñal” va de la mano de la vejez, entonces pienso, si el otoño es la vejez… ¿el invierno sería pues la muerte? Durante mis tiernos años y durante la adolescencia tenía esta idea y como si fuese una campaña mercadotécnica para desprestigiar tan bonita temporada, compré la idea: el otoño era pues un periodo para estar triste, y más aún cuando se relaciona con el regreso a clases después de unas largas vacaciones de verano.
El otoño tiene algo especial para la Mada, una vez superada la idea gris del otoño, el panorama se comienza a volver dorado. Así veo el otoño, dorado. La luz del Sol tiene algo especial, es una luz ámbar elegante y relajante. Las hojas al caer alfombran los jardines y lo patios, ese atardecer temprano que trae consigo el anochecer invita a compartir, invita a las pláticas interminables con los amigos, invita a replantearse el lugar en el que estamos parados e inhalar el suave viento que flota en el ambiente, fresco, yo siento el aire de otoño como si fuese nuevo o como si estuviese recién lavado.
Me llama la atención uno de los nombres que recibe en el idioma Inglés: “fall” como el verbo fall, es decir, caer… ¿bonita analogía?, es verdad que se caen las hojas, pero se me hace demasiado extremo nombrar a la estación con este nombre solo por la caída de las hojas cuando este hermoso detalle más bien representa al ciclo de la vida, el renacer, el “volver a”, el “regresar a”, el “dar paso a”.
Durante el otoño tienen lugar dos de los momentos más interesantes y divertidos del año: el día de muertos y la víspera de Navidad, véalo de una manera positiva, si usted es Grinch celebra con júbilo el día de muertos y ya entrados en el disfraz pues disfrute el Halloween Si lo suyo es dar amor pues los días previos a la Navidad son excelentes para poner en práctica sus habilidades, momento de adornar la casa y participar en la posadas, ya sean de las tradicionales donde se cargan a los peregrinos o de las otras, donde se cargan a los borrachos.
El otoño es por mucho una maravillosa estación, en la cual me gustaría enamorarme de un tipo loco… así más o menos como yo, de ser posible más, uno de esos tipos que se hunden en tus ojos y viajan a lo más íntimo de tu ser iluminados por esa luz ámbar que recoge tu pupila cuando se observa un atardecer con tonalidades otoñales.
Disfrute pues los últimos días del otoño y piense… nada se acaba hasta que se acaba y la tiendita de la vida cada otoño renueva sus mercancías, aproveche las rebajas de fin de temporada y sea feliz.
Final acompañado de un jazz lento, una taza de café… muy cargado y chocolate negro.