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El destino del gasto público.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez

Una vez mas, el Gobierno y la Universidad Autónoma de Zacatecas se encuentran en la encrucijada presupuestal. Entre los limitados recursos y los malos manejos, comienzan a salir a la luz los excesivos presupuestos que algunas dependencias manejan, lo que contrasta radicalmente con los nulos resultados que dan a la sociedad.

No podemos negar que existe manejo discrecional de los recursos, que la capacidad de endeudamiento del Estado se ha visto superada y poco o, mas bien, casi nada hemos visto la ciudadanía en mejora de la calidad de vida, lo que, necesariamente nos lleva a cuestionarnos si los recursos erogados por el gobierno o la deuda contratada tiene un fin social o es simplemente un mecanismo para que los que ocupan los espacios de poder, de toma de decisiones y de manejo de recursos se enriquezcan a costa de empobrecer al pueblo.

Y, como cada año, los zacatecanos nos enteramos de la lucha por los presupuestos y como se descuidan políticas públicas de vital importancia para toda la población y se destinan recursos a pequeños cotos de poder que solo favorecen a unos cuantos, aunque ello implique destinar recursos a funciones que, ni siquiera son sus funciones.

Tal es el caso del Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y hasta de los propios diputados. Con tristeza vemos como ni siquiera saben para que fueron electos o cuales son sus funciones, porque exigen recursos para cumplir funciones que no son las suyas, limitando con ello la posibilidad de que políticas públicas viables se lleven a cabo por la falta de recursos.

Como ejemplo podemos analizar la Comisión Estatal de Derechos Humanos cuyo Presidente, ahora presidenta, gana mas de 100 mil pesos, independientemente de lo que le descuentan por impuestos, porque todos pagamos impuestos. Se justifica sus ingresos afirmando que es una de las funciones más riesgosas en el país. Siendo que los defensores de derechos humanos que mas riesgo corren en este país son los que los defienden desinteresadamente, sin un salario, sin una compensación de esas dimensiones, defienden derechos humanos convencidos de la causa que defienden y comprometidos con la sociedad. La labor que se hace en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, dista mucho de ser considerada como una defensa efectiva a los derechos humanos, porque no es un efectivo organismo autónomo de defensa de la población frente a los abusos de poder.

Que decir del Instituto Zacatecano de Transparencia, el caso de sus titular no difiere mucho del de la Comisión de Derechos Humanos, y podemos darnos cuenta de que su trabajo también deja mucho que desear, porque en nuestro Estado no hay ni transparencia, ni acceso a la información y mucho menos protección de datos.

Y de los diputados, mejor no hablar, porque a ellos no les ha quedado claro que su función es legislar, no ser oficina de gestión.

La Universidad no se queda atrás, en materia de transparencia, de gasto, de funciones; mientras muchos maestros se dedican en cuerpo y alma a sus laboratorios, a su cátedra, sus investigaciones y que desquitan de cero a 100 el salario que reciben, unos cuantos son los que tienen desfalcada a la máxima casa de estudios.

Docente Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas. E-mail: giron705@hotmail.com

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