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A 100 años de la Constitución.

Por: Juan Carlos Girón Enriquez.

La Constitución Mexicana, aquella que se promulgó un 5 de febrero de 1917 esta cumpliendo un centenario, un siglo de vigencia, de transformaciones, de evolución y, porque no decirlo, en algunas ocasiones, de retrocesos.
La nación mexicana ha ido cambiando con el paso de los años, las relaciones comerciales, políticas, económicas y sociales con otros países han obligado al sistema jurídico nacional a sufrir actualizaciones que no necesariamente mejoraron el texto constitucional, en determinado momento se ha pensado en la necesidad imperiosa de contar con un nuevo texto constitucional o actualizar el que ya tenemos, mientras es una u otra opción, el texto constitucional vigente es el que debemos respetar.
Poco queda del texto original, a pesar del proceso rígido para su modificación, ha sido verdaderamente sencillo para los gobernantes en turno modificar el texto constitucional acorde a sus intereses particulares o del grupo al que representan.
Es cierto que mucho se ha avanzado en materia de protección de derechos, pero también mucho se ha perdido en cuanto a derechos y a instituciones, la organización administrativa del Estado Mexicano ha sufrido retrocesos que la sociedad mexicana pagará con creces.
El centralismo autoritario de Porfirio Díaz, que provoca el levantamiento armado revolucionario se ve reproducido en estos momentos al amparo de reformas constitucionales que no han hecho otra cosa que legalizar el autoritarismo, el centralismo y la concentración del poder.
La persecución de fines que se disfrazan de legítimos y la adopción de medidas administrativas que antes de generar condiciones de igualdad generan discriminación, opacidad y restricciones en el ejercicio de los derechos han sido la motivación de muchas de las últimas reformas constitucionales que distan mucho de ser benéficas para la población.
Por un lado tenemos un texto que eleva a rango constitucional los derechos humanos y los tratados internacionales ratificados por nuestro país, pero por otro lado tenemos muchas normas administrativas que restringen esos derechos, dejando a la sociedad en estado de indefensión, porque hasta la división de poderes ha perdido su esencia y se ha supeditado a los intereses de la clase en el poder.
La autonomía de la que en la letra del texto constitucional gozan los organismos descentralizados se ve opacada cuando en los mensajes de los gobernadores o el presidente, se instruye sobre lo que deben o no hacer, investigar o proceder.
La Constitución Mexicana llego a ser un texto de avanzada en 1917 por garantizar derechos sociales, por reivindicar a los sectores desprotegidos, por proteger los bienes de la nación y por plasmar un modelo de nación acorde a la sociedad que representaba, ahora nuestra constitución además de ser un catalogo de derechos que muchos consideran letra muerta, se ha convertido en un catalogo de generalidades que deberían estar en las normas generales o en leyes reglamentarias y no en una constitución.
Nuestra constitución dista mucho de ser aquel documento de primer nivel y se convirtió en un documento parchado que obedece a intereses particulares o extranjeros pero no nacionales. Ya no es aquella constitución que se conmemoraba con orgullo. El 5 de febrero es una fecha para recordar lo que tuvimos como norma suprema y que ahora añoramos.
Es un día para reflexionar sobre lo que queremos como país, para discutir si el proyecto de nación que esta escrito en la constitución del 17 es, efectivamente, el modelo de nación que queremos o si es oportuno diseñar uno que atienda de manera responsable las necesidades y aspiraciones del pueblo de México. No se trata de romper tradiciones, se trata de construir una nación sólida, respetuosa que tenga como base un marco jurídico justo, equitativo, que responda a las demandas sociales.
Tomemos el 5 de febrero como un día para reflexionar si nuestro marco jurídico es el adecuado o es oportuno transformarnos como nación, siempre y cuando sea para mejorar.
Docente Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

e-mail: giron705@hotmail.com

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