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Revocación de mandato ¿Será?

Por: Juan Carlos Girón Enriquez

Ahora resulta que el propio presidente será el que solicite una consulta para su propia revocación. No es incredulidad, pero resulta un poco difícil de creer que algo bueno puede salir de todo esto, no es esto un pronunciamiento en contra del la revocación de mandato, creo que eso es una buena idea, lo que resulta preocupante es la forma en la que pretende llevarse a cabo, es decir, el problema es de forma, no de fondo.
Si pretendemos fortalecer la democracia mexicana, debemos ser cautelosos en la manera en la que queremos conseguirlo, porque las ocurrencias no llevarán a nada bueno. La estabilidad democrática depende de políticas públicas adecuadas, decisiones tomadas en el momento oportuno, planeadas, estratégicamente diseñadas para lograr objetivos definidos de manera clara, sin improvisaciones, sin arranques de ira o venganza.
Para nadie es un secreto que las elecciones de 2018 se caracterizaron por la inercia del votante, muchos de los candidatos, ahora senadores, diputados, presidentes municipales y gobernadores, accedieron al poder no por su carisma o por la gran popularidad que ellos representaban, sino por la inercia de la votación presidencial, ante ese escenario, sería de mal pensados suponer que proponer una consulta para revocar el mandato justo el día de las elecciones intermedias tiene por objeto aprovechar esa misma inercia y llevar al triunfo a muchos que no llegarían a un puesto de elección si no es por la popularidad o no del presidente en turno.
Otra razón para dudar de la buena voluntad de la propuesta es el hecho de que sea el propio presidente quien proponga la consulta, es como una especie de autoevaluación mas con rasgos de concurso de popularidad que de evaluación de la gestión, porque ha habría una justificación clara o concreta para solicitar su revocación de mandato, sino que sería un asunto de mero antojo o capricho del presidente a ver si sigue teniendo la misma popularidad.
Una consulta para revocación de mandato debe tener una fundamentación sólida, no depende del simple paso del tiempo, sino de motivos claros que provoquen dicha consulta, porque de otra forma solo constituye una encuesta de popularidad, que puede ser utilizada con diversos fines, menos el que se pretende que persiga.
El capricho del presidente de hacer una consulta a la mitad del mandato puede motivar descontento social, persecución política a detractores, modificación de los planes y estrategias, inclusive inestabilidad democrática, lo cual pone en riesgo no solo el mandato presidencial, sino la estabilidad del país en su conjunto y, porque no decirlo, hasta las instituciones y con ellas a la nación en su conjunto.
Pensar pues en la revocación de mandato no puede ser un capricho de la administración en turno como si se tratara simplemente de cumplir con una promesa de campaña, sino que debería de ser una figura pensada detenidamente, debatida de manera adecuada y diseñada acorde a las finalidades que la democracia mexicana pretende lograr y no solo pensando en la voluntad de un partido o un mesías en turno, porque los riesgos son mayores si fracasa el modelo de revocación a si se retrasa un poco mas la reforma y se diseña el modelo adecuado a las necesidades de México.
En tal sentido, no dudemos que si la propuesta es aprobada por el Senado en los términos que se aprobó por la Cámara de Diputados, en las elecciones intermedias estaremos viviendo mas que una elección un concurso de popularidad y un derroche de recursos del tamaño de una campaña presidencial en el momento menos indicado para el país.

Docente Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas. E-mail: giron705@hotmail.com