Ejército humillado y arrodillado
Por Elviro Muro Hernández
El pasado 17 del mes en curso quedará registrado en la historia de Culiacán , Sinaloa y del país un enfrentamiento armado entre fuerzas federales y elementos del crimen organizado, con un saldo de una decena de muertos y varios lesionados .El origen de la refriega fue atender una orden de aprehensión del narcotraficante, Ovidio Guzmán López , hijo del Chapo.
El operativo para la captura, con fines de extradición a los Estados Unidos, así como la estrategia y táctica castrense fallaron, a pesar de que el Estado cuenta con suficientes recursos humanos, tecnológicos y financieros. Elementos de la Guardia Nacional ,soldados y policías fueron rebasados por alrededor de 800 sicarios armados con equipo bélico muy sofisticado contra 200 de las fuerzas armadas.
Luego de varias horas de balazos de ambos lados se logró la detención de Ovidio quien amenazó un baño de sangre de la sociedad civil por lo que se optó por liberarlo para proteger a los habitantes de la ciudad .La lectura es que las fuerzas oficiales abdicaron ,fueron humilladas y se arrodillaron ante la 4T; otra lectura que flota en el ambiente es que el Estado fue debilitado al fallar en la estrategia y la comunicación de inteligencia.
El propio Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval ,reconoció que falló la estrategia por una falta de planeación ; además por la improvisación en la ejecución de la orden de aprehensión , de Guzmán López con fines de extradición a los Estados Unidos de Norteamérica . Asimismo admitió la incompetencia de la autoridad que no cumple sus funciones de velar por los intereses de la sociedad.
Por otra parte se ha cuestionado que el gobierno haya decidido poner en libertad a Ovidio Guzmán López , el dilema fue una división a favor de la medida ,para evitar un baño de sangre ,y en contra para que el Estado aplicara la ley y no fuera rebasado ( como de hecho sucedió)
“Benito Juárez debió rendirse ante los franceses para evitar la muerte de civiles e inocentes ,pero no lo hizo” (Armando Ríos Valdez).