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Otra de coronavirus.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez

Ya México se encuentra en fase 2, nos estamos preparando para la fase 3 y mucha gente no se da cuenta aún de lo que esta sucediendo. Otros tanos siguen pensando que es un complot del gobierno y no prestan la debida atención a las medidas establecidas.
Por un lado, el estado pudo haberse tardado en implementar medidas, es más, podemos incluso afirmar que siguen sin tomarse medidas importantes como el cerrar fronteras o el desarrollar un plan de medidas económicas que obliguen a todos los sectores productivos a parar actividades. Hasta el Estado ha sido capaz de decir que se debe detener todo menos sus proyectos, porque no han sido capaces de detener sus proyectos estelares como Dos Bocas o el Tren Maya.
Pero, a pesar de los caprichos del Estado, muchas personas hemos optado por permanecer en casa, aunque muchos otros siguen saliendo de su hogar como si no pasara nada, inclusive pensando que son vacaciones y que irse a la playa o a pueblear no los pone en riesgo ni pone en riesgo a la ciudadanía.
Zacatecas, como entidad migrante, sigue recibiendo gran cantidad de paisanos que vienen, principalmente, de Estados Unidos a compartir con su familia en estos días santos, no se necesita ser un experto en epidemias para entender el riesgo que ello representa, porque para nadie es un secreto que la mayor cantidad de migrantes zacatecanos se encuentra en California, Chicago, Nueva York, Texas, Arizona y Nuevo México; algunos de esos estados son los que presentan mayor número de infectados en el vecino país.
Las consecuencias de no cerrar fronteras las comenzaremos a ver en catorce días. Cuando los hospitales comiencen a registrar gran cantidad de infectados, muchos se atreverán a afirmar que no han salido de su casa, pero difícilmente reconocerán que, en su caso, el virus vino a ellos, entró a su casa, lo trajo un familiar. Otros muchos tendrán que reconocer que haber salido de vacaciones fue lo que los puso en riesgo.
Por más sencillo que parezca, limitar la movilidad de la población, cambiarle el chip y hacerla entender que no son vacaciones no ha sido tarea fácil y si a ello sumamos la incapacidad del gobierno de educar con el ejemplo, suspendiendo actividades económicas, entonces nos damos cuenta de que México pudiera enfrentar un riesgo sumamente mayor al que nos imaginamos, por nuestra cercanía con Estados Unidos, por la incapacidad de nuestros gobiernos de asumir medidas radicales pero efectivas como cerrar fronteras y, lo más importante, por no llevar a cabo las pruebas médicas necesarias para conocer la realidad del avance del virus en nuestro país.
Es simple, “Quédate en casa”, no es fácil, pero es indispensable. No se trata de hacer cosas más allá de las que sabemos hacer, simplemente actuar en solidaridad con todos aquellos que por el bien de toda la población deben de ponerse en riesgo porque realizan un trabajo indispensable.
Se requiere paciencia, pero también el ejemplo. El Estado debería darle el ejemplo a la iniciativa privada y suspender sus actividades no indispensables como la construcción de un tren que, por la contingencia, no se va a poder inaugurar, o de un aeropuerto que, por la misma contingencia, no se estaría utilizando, o de una refinería que, por la misma desaceleración de la actividad económica y la baja en el precio de los hidrocarburos, tampoco parece ser muy urgente en estos momentos.
Se requiere tomar las decisiones en el momento oportuno, así como dar el ejemplo. Si el Estado no lo hace, hagámoslo nosotros, los ciudadanos, no salgamos de casa, no realicemos actividades que nos pongan en riesgo, no solo de contagiarnos de Covid, sino de cualquier otro riesgo que nos lleve a requerir atención médica, para no saturar los servicios de salud con accidentes que se pudieron haber evitado.
Es el momento en que la sociedad demostremos que si el Estado no pone el ejemplo, nosotros lo podemos hacer y quedarnos en casa.