División social.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez
La muerte de George Floyd en Minneapolis ha desatado una gran cantidad de protestas en Estados Unidos. Tan lejos y tan cerca. Si, esta frase aplica perfecto porque, aunque los problemas de protestas en nuestro país no han llegado a grado tal de destrucción, el divisionismo social provocado por la presente administración federal puede, esperemos que me equivoque, desencadenar una crisis muy similar.
Siendo Estados Unidos nuestro principal socio comercial, es uno de los principales receptores de migrantes mexicanos, su problema racial no esta relacionado únicamente con los afroamericanos, también con los hispanos y con otras razas que han sufrido las agresiones por parte de las autoridades y de los mismos pobladores.
México no esta tan alejado de esa realidad, si bien nuestro problema de racismo, que es importante, ahora se esta generando un divisionismo social directamente vinculado a la diferencia ya establecida por el presidente entre chairos y fifís, entre ricos y pobres, entre corruptos y puros. División que va a ser un poco compleja de establecer, porque a nadie se le ha demostrado nada en los tribunales y tampoco hay características físicas atribuibles a cada uno, como el color de piel. Siendo el racismo en si mismo una de las conductas mas deleznables de la humanidad, es incomprensible la actitud de un gobernante que pretende crear diferencias donde no las hay.
Porque en estricto sentido, la diferencia en el color de piel, en la raza, en la creencia religiosa, en la edad o en cualquier otro factor, es igual de reprochable que la diferencia que se hace entre el militante de un partido y otro, o entre un chairo y un fifí, en términos generales se trata de discriminación debido a la ideología, que es igual de peligrosa que cualquier otro tipo de discriminación.
No nos sorprenda entonces que, en un futuro, esperemos que muy lejano, la división social en México llegue a extremos como los que vemos en Estados Unidos. Muchos me podrán decir que los afroamericanos han sufrido siglos de discriminación y que hasta ahora están explotando, argumento con el que puedo coincidir, sin embargo, algunos especialistas coinciden en que una de las razones que han fomentado el levantamiento social lo encontramos en la discriminación sistemática y cómo ha afectado la pandemia a la población afroamericana en Estados Unidos.
En México, igual podemos llegar a ver situaciones análogas derivadas de la pandemia, así como discriminación sistemática en contra de algunos grupos sociales que ahora ven afectada su situación de discriminación derivado de la política pública de divisionismo social implementada por el Gobierno de la República.
En México se podrá decir que se esta empoderando a los pobres para que salgan de su círculo de discriminación, pero en ningún lado se ha demostrado que la manera de acabar con prácticas discriminatorias sea convertirse en el discriminador; por el contrario, implicaría generar un ambiente de igualdad, implementar acciones afirmativas y fomentar la desaparición de las diferencias; la discriminación no se combate con discriminación inversa, se combate con igualdad.
Ante esos escenarios de violencia en nuestro vecino país, muchos mexicanos se verán obligados a regresar a su país, en donde pueden ser víctimas de discriminación y, es probable, que se reproduzcan círculos de violencia.
Nos queda exigir a las autoridades que detengan el lenguaje de odio y diferenciación de toda la población. Basta de pensar que México es un país de buenos y malos, de chairos y fifís, de pobres y ricos. México es un país de mexicanos; todos merecemos el mismo trato, el mismo respeto, las mismas oportunidades y la misma atención por parte de nuestras autoridades. No permitamos que lo que ahora vemos en nuestro vecino país se pueda venir a replicar a México. Por el bien de todos.
Docente – Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas. E-mail: giron705@hotmail.com