Los exámenes de admisión.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez.
Esta pandemia vino a poner en tela de juicio todas las decisiones que por mucho tiempo se habían tomado sin ser cuestionadas, por ejemplo, la forma de dar clases, los mecanismos de evaluación, ahora las formas de ingreso.
El egreso de los alumnos que cambian de nivel educativo se ve afectado por la pandemia, muchos no recibirán sus documentos en tiempo porque los planteles educativos programaron cursos remediales en agosto, otros tantos, porque la tecnología no es su gran aliada y son de zonas en donde el acceso a internet complica la enseñanza virtual, bajo ese tenor, hay una falta de organización seria en cuanto al mecanismo que permita garantizar el ingreso de esos jóvenes a la educación superior.
Tradicionalmente, los aspirantes eran convocados a formar grandes filas para revisar su documentación uno por uno, mientras sus familiares esperaban afuera, de igual forma presentaban el examen Ceneval, no vamos a decir que amontonados porque estaríamos mintiendo, pero si se movilizaban cientos de personas cada fin de semana para que los jóvenes asistieran a presentar su examen de selección.
Ahora la pandemia obliga a que las reglas cambien, obliga a que la situación se modifique, la razón es muy sencilla, no podemos movilizar a tanta gente, porque ello representa un riesgo a la salud.
Al vernos en esa imposibilidad, comenzamos a cuestionarnos si la forma en la que tradicionalmente se hacía debe seguir siendo la forma en que se hagan las cosas. Una universidad pública esta obligada a buscar mecanismos de ingreso favorables para la juventud y acorde a los tiempos que se están viviendo, hace mucho tiempo ya que se debió tecnificar el proceso de ingreso, el mecanismo para validación de documentos, pero también la manera en la que se llevan a cabo los exámenes de selección.
Muchos son los intereses en juego, sabemos que las evaluaciones Ceneval no son precisamente accesibles a todos los bolsillos, sin embargo, podremos preguntarnos si ese es el único mecanismo válido para la presentación del examen, porque no obligar a que los exámenes se hagan de forma virtual. Hoy en día existen muchos mecanismos que permiten garantizar la fiabilidad de los resultados obtenidos en línea, sería mas caro para la empresa, pero tampoco es que el examen físico salga muy económico.
Pudiéramos pensar que hacer el examen en línea complica la existencia a aquellas personas que no tienen acceso a internet, sin embargo, se pudieran implementar mecanismos en los campus universitarios, en los centros educativos de las comunidades o en las cabeceras municipales, para que, cuidando las normas sanitarias, se facilite a los jóvenes que no tengan acceso a internet en su domicilio, una computadora con acceso a internet para que puedan realizar su examen de selección; sería menor la movilización de personas pero requeriría de la participación de todos los niveles de gobierno y de las autoridades universitarias.
Pero también podemos preguntar, ¿porqué aferrarnos a que los alumnos ingresen a la Universidad presentando el Ceneval? Hay universidades que tienen su propio examen y es válido, otros centros educativos aplican otros criterios. No sería este el momento oportuno para replantearnos ese mecanismo de ingreso. Después de todo, los alumnos llevan un historial académico, se han esforzado a lo largo de su vida académica en primaria, secundaria y preparatoria para lograr buenos promedios que deberían ser tomados en cuenta como mecanismo de ingreso, sin sujetarlos necesariamente a un examen estandarizado que puede no ser un claro reflejo de su esfuerzo académico.
Son solo algunas ideas para poder hacerle frente a esta situación extraordinaria por la que estamos atravesando.
Docente Investigador de la Unidad Académica de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas. E-mail: giron705@hotmail.com