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¿Consulta o Venganza?.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez.
Como si se tratara de dos resoluciones diferentes, al parecer el Ministro Presidente, entiende de una manera muy distinta a lo que se lee en la versión taquigráfica de la sesión del Pleno de la SCJN en la que se resolvió la constitucionalidad de la Consulta Popular propuesta por AMLO para enjuiciara los ex - presidentes.
Tengo que reconocer que seguí de cerca la sesión, porque me interesaba escuchar la resolución del asunto, pero ahora, al leer la colaboración del Lic. Zaldívar en el periódico Milenio de fecha 13 de octubre del presente año, pareciera que el y yo, estuvimos siguiendo sesiones distintas.
El Ministro Presidente arguye que se pretendía salvaguardar la Constitución, al cuidar que no se llevara a consulta un tema de justicia penal pero fue lo que se hizo. También refiere que la SCJN tiene una función político – constitucional, pero anteponer el concepto político al jurídico borra la objetividad de la interpretación jurídica que debería tener nuestro Máximo órgano Jurisdiccional; pretende que sea la SCJN la encargada de garantizar el acceso de todas las personas a la toma de decisiones públicas, sin embargo eso ya está garantizado en nuestra constitución en el artículo 35 de la constitución, para ser precisos, en sus fracciones I y VIII, como derechos, pero también como obligación en su artículo 36, fracción III. Ambos artículos en las fracciones referidas hacen parte a toda la ciudadanía, de la toma de decisiones públicas.
El máximo órgano jurisdiccional se tomó atribuciones que no le correspondían, una facultad meta - constitucional, porque el hecho de que la SCJN haya determinado que el tema de la consulta era “constitucional” no garantiza, en primer lugar que la población vaya a participar, en automático, y en segundo lugar tampoco es cierto que la modificación que se hizo a la pregunta sea del todo clara, para que lo entienda el grueso de la población.
He de señalar que no coincido del todo con el Ministro Presidente cuando señala que la intención de la consulta popular propuesta versa sobre problemas sociales del pasado, porque basta sumergirnos un poco en las mañaneras para darnos cuenta que no se trata de un problema social sino de una venganza política, una guerra personal entre el presidente y los ex – presidentes y, lamentablemente, la Corte ha decidido tomar partido en esa venganza personal.
No podemos seguir siendo el país en el que la Constitución se interpreta acorde a los intereses de un grupo de personas, por en contrario, los mexicanos hubiéramos deseado que no se dilapiden recursos públicos para que el gobierno en turno le pregunte al pueblo si queremos que haga o no su trabajo, eso ya se dejó claro en la elección. Si el pueblo vota por alguien es porque pretende que ese alguien haga su trabajo.
Si hay o no hay delito que perseguir, eso no lo resuelve una consulta, para eso tenemos todo un sistema de justicia penal, en el que tanto las fiscalías como el poder judicial se encargarán de investigar y enjuiciar a quienes presuntamente hayan cometido un delito, para hacerles responsables de sus actos frente al poder público. Ese es un tema que no debería estar a discusión.
No defiendo a los expresidentes, solo me pregunto a donde iremos a parar si un funcionario público tiene que preguntarle al pueblo si queremos que persiga los delitos o no.
La participación social no se construye sobre la base de una consulta popular ni de una resolución de la Suprema Corte; se construye todos los días, con políticas gubernamentales encaminadas a construir ciudadanía, con la cultura y la educación cívica.
De igual forma, la paz, la igualdad y la justicia, tampoco se construyen con una consulta popular que polariza a la población y la llama al descontento social, a la venganza y la Suprema Corte ha tomado partido en esa venganza. La paz no se construye peleando, la igualdad no se construye diferenciando y la justicia no se construye con consultas populares.