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Alianzas, género y la participación ciudadana en la democracia
Dra. Verónica Arredondo*

La práctica de la democracia en una sociedad requiere de distintos factores, mecanismos y actores para que pueda hacerse real. Los partidos políticos son instituciones que representan las diferentes ideas que existen en torno a cómo se debe de regir una nación. La existencia de estos resulta necesaria para comprender las individualidades que de otra manera haría inoperable la postulación de los representantes que liderarán un país. La figura del partido político ha funcionado dentro de la democracia para agrupar ciudadanos bajo un perfil ideológico. Asimismo, los partidos políticos no solo representan a sus militantes sino que también se presenta como una opción para el resto de los ciudadanos. Como herramienta, hace más sencillas algunas cuestiones; y como institución, traza una evolución de anteriores agrupaciones.
Los partidos básicamente representan ideologías diversas, distintas, y a veces contradictorias, tenemos partidos conservadores, liberales, socialistas, verdes, etcétera. La definición de la ideología de cada partido es trascendental para conocer las políticas de su plataforma y saber qué sí y qué no están dispuestos a hacer por el bien de la ciudadanía. En general podemos agrupar a los partidos en dos alas: de izquierda y de derecha. Algunos partidos se declararán de centro, o centro izquierda o centro derecha, pero digamos que eso no es relevante si queremos entender la filiación de un partido. Si un partido se identifica con otro, se puede generar una alianza.
Regularmente hay uno o dos o hasta tres partidos que lideran en las votaciones y que por lo tanto gobiernan en una nación. Hay partidos que no tienen presencia en todo un país y solo atienden de carácter regional. Y partidos que aparecen y desaparecen en un abrir y cerrar de ojos. Las alianzas entre los partidos son una llave que sirve por y para distintas razones. Pueden funcionar para que los partidos de menos militancia sigan existiendo y consigan algún escaño; sus votos ayudarán a otros partidos a conseguir otros propósitos. Un propósito importante de las alianzas es que pueden lograr sacar a un partido del poder; así como contrarrestar una posible imposición. La alianza entonces se presenta como una herramienta muy útil.
Habitualmente, las alianzas entre partidos se deben a que representan ideologías similares. Los partidos de derecha se alían con partidos de derecha, y los de izquierda con izquierda. Pero no es una regla. Lo real es que un partido puede aliarse con otro de distinta ideología, traicionando sus principios. En nuestro país ese fenómeno es de lo más común que puede haber. Un tipo de alianza así es incongruente, aunque no hay nada que lo impida.
Y para muestra, un botón. Un tipo de alianza como la del PRI con el PAN es incluso contradictoria. Históricamente se han presentado como enemigos acérrimos, han abanderado ideologías encontradas. Uno y otro se han tirado y criticado con todo. El PAN encabezó por bastantes décadas la alternativa al PRI, que gobernó todo el país sin oposición alguna. De hecho, el blanquiazul fue el primer partido que ganó unos comicios estatales diferente del PRI. Asimismo, Vicente Fox fue el primer presente no priista. Es decir, el PAN era una oposición real que representaba a una parte de la población cansada de las formas priistas. Pero ahora se alían, y eso es un fenómeno complejo de explicar y de entender.
Por un lado, algunos(as) creen que una alianza partidista surge por la lucha por el poder, demostrando que están sedientos por volver a encabezar la nación, por ejemplo. De esta manera, pretenden juntar fuerzas para arrancar a otro partido de los mandos políticos. Sin importar si manejan distintas plataformas, formas e ideologías. Siendo incongruentes consigo mismos, con la ciudadanía y con la democracia que dicen defender. No hay nada que se los impida, ni sus militantes ni sus líderes. La ciudadanía no debería de aceptar este tipo de tratos, pero no hay una herramienta democrática que los obstruya.
Por otro lado, en particular en Zacatecas, es un gran logro que más mujeres ocupen cargos relevantes dentro del gobierno y general dentro de las instituciones públicas, como por ejemplo nuestra máxima casa de estudios, que más mujeres se posicionen como candidatas de los diferentes partidos políticos, en los distintos espacios donde las decisiones colectivas pueden impulsar el crecimiento educativo, social y económico. Saludo y aplaudo que mujeres zacatecanas se postulen y se conviertan en verdaderas opciones de gobierno para la ciudadanía. Tenemos que celebrarlo porque no ha sido fácil. Tenemos ahora un presente un poco más equilibrado y queremos un futuro con mayor equidad y armononía.
Quizá si hay una herramienta de lo más democrática: el voto ciudadano. El voto debe ser bien reflexionado, pensado, evaluado. Nosotros, los ciudadanos y ciudadanas, podemos pensar bien que país queremos, cómo lo queremos y con quién lo queremos. Estamos a tiempo de no cometer errores. Tomemos la responsabilidad de elegir un país, un estado, la dirigencia de una rectoría en Zacatecas, un futuro mejor que el que tenemos. Seamos sensibles y responsables, votemos. Acudamos a las urnas y tomemos la mejor decisión, porque eso depende los siguientes años, nuestro país, nuestra UAZ.

*La autora es profesora-investigadora de la UAZ y directora de Sin Sesgo Consulting S.C., especialista en el área de preferencias, elección social y sistemas electorales.