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Sin austeridad pero con autoritarismo.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez.

¿Cuántos días tiene la administración entrante? ¿Cuántos damnificados hay?, si esto es sólo el principio ¿Qué nos espera los próximos 6 años?
No es un escenario pesimista, es una realidad que no quisimos ver y que hora, a escasos días del inicio de la nueva administración estamos pagando las consecuencias.
Y no lo digo por las obstrucciones al tránsito vehicular. Ese es el menor de los problemas, porque Zacatecas no es el bulevar López Mateos, o la caseta de Osiris o Ciudad Administrativa; Zacatecas es su gente, sus maestros, sus jubilados y pensionados, su infancia, sus estudiantes, sus actividades turísticas, sus edificios emblemáticos, su historia, su presente y su futuro.
Cerrar una vialidad no es el fin del mundo, pero dejar de pagara salarios si lo es, porque para muchas familias su salario es la diferencia entre un plato de comida en la mesa o padecer hambre, entre un techo o sufrir las inclemencias del tiempo, entre comprar medicamentos que, lamentablemente los sistemas de salud ya no tienen o enfermar gravemente por falta de medicamentos.
Es muy fácil para el nuevo gobernante dejar de pagar salarios y escudarse en pretextos grotescos, en culpar a su predecesor o en argüir que es por el bien de Zacatecas, que no pretende seguir incrementando la deuda pública. Pretextos sobran, lo que faltan son acciones concretas.
Porque decidir dejar de pagar a los maestros, a pensionados y jubilados y a algunos servidores públicos, casualmente ningún mando superior dejó de recibir su salario, siempre la clase trabajadora es la que paga los platos rotos de las malas administraciones y, no nos sorprendamos si el día de mañana son otros, como los universitarios, o algunas otras oficinas de gobierno, porque nadie estamos exento de estas medidas autoritarias que distan mucho de ser austeras.
Ese ha sido el pretexto, que este será un gobierno austero, pero un gobierno austero que ni siquiera ha sido nombrado en su integridad, un gobierno que a días del inicio de su gestión ha decidido movilizar a un gran sector de la población que día a día realiza su trabajo en condiciones de riesgo, porque se decidió que los maestros deberíamos regresar a las aulas a media pandemia, sin condiciones de salud adecuadas y ahora sin salario, como si se tratara de ser mártires de un modelo autoritario que impone medidas a raja tablas a la clase trabajadora sin afectar los más altos niveles de gobierno.
No se trata de criticar solo porque si. Ninguna administración pasada había dejado de pagar a los maestros, porque ellos son la base de la democracia social, porque en las aulas se forman los futuros ciudadanos, porque el sector educativo representa uno de los sectores más numeroso de la población económicamente activa en Zacatecas y las repercusiones no solo impactan en su familia directamente, sino que van más allá, se llevan a las aulas, y de las aulas a las familias de los alumnos, la afectación del sector docente nos afecta a todos los Zacatecanos y eso debería preocupar a este gobierno, pero debería ser señal de alerta para toda la población porque si no le ha temblado la mano para afectar al sector docente cuya capacidad de movilización conoce, menos le temblará para afectar a aquellos que tienen una menor representatividad – que quede claro que no se minimiza a ningún sector productivo – pero hemos de reconocer que hay sectores que tienen menos capacidad para convocar a grandes manifestaciones por ser sectores reducidos o por vivir bajo la amenaza latente de la pérdida del empleo.
No podemos permitir, como sociedad zacatecana, que un gobierno que apenas inicia ponga pretextos increíbles para violentar los derechos de los zacatecanos, porque si todos dejamos que hoy hagan con el sector docente la voluntad del gobernante, el día de mañana todos podemos sufrir lo mismo y entonces clamaremos por el apoyo de la sociedad.