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China, y su modelo de nuevo orden económico mundial
Por José Luis Pinedo Vega
Desde la Convención de Rio de Janeiro en 1992, se dispensó a las entonces llamadas economías emergentes, China, La India y Brasil, de cumplir cuotas de emisiones de CO2, dispensa que se asentarían en el Protocolo de Kioto firmado el 11 de diciembre de 1997.
¿Porque se les dispensaba? -fue un gesto para propiciar que esos países se desarrollaran y se nivelaran un poco respecto al primer mundo.
Estaba claro, lo que todo el mundo debe saber, que la energía es la sangre de la economía, porque no hay actividad económica, ni social que no requiera energía–electricidad, petróleo, gas, carbón, energías renovables-. La dispensa significaba autorizarles a consumir energía y por lo tanto a contaminar lo que les fuera necesario.
En 1998 China, con la población más grande del mundo (1270 millones de habitantes (mh), era la 7ª potencia económica, Brasil con 172 mh, la 8ª, y La India, con 1033 mh, la 11ª.
A casi un cuarto de siglo de la firma del Protocolo de Kioto, bajo esa dispensa, China es la 2ª potencia económica mundial, la India la 5ª y Brasil la 10ª. Brasil no ha subido, pero China y la India si. China ya no es un país emergente, sin embargo, pareciera que se sigue abrogando la dispensa como país emergente.
¿Que hay en el fondo? No es propiamente un secreto, la agenda política de China es cada vez más visible y el presidente Xi Jinping lo expresa abiertamente. Se trata de instaurar en el mundo un nuevo orden económico mundial, “diferente” al instaurado por occidente, dice el, más cooperativo, más igualitario.
Existen dos Chinas, una minúscula, la Republica de China más conocida como Taiwan, con su Capital en Taipéi, y la República Popular de China con su capital en Pekín cuya historia comienza con la proclamación como República independiente, por el Partido Comunista Chino en 1949.
En 1955 bajo la iniciativa de China, se llevó a cabo en Bandung, Indonesia, una convención a la que asistieron 29 países de África y de Asia, que dieron lugar a la Organización de Países del Tercer Mundo, con el objetivo expreso de conformar un tercer bloque económico, alterno tanto al bloque occidental como al soviético.
En los años 60`s China apoyo los movimientos independentistas en África e incluso regaló una línea de ferrocarril para unir Zambia con Tanzania. Como resultado de su actividad diplomática, en 1971 China logró tener votos suficientes para ser reconocido por la ONU como la verdadera China, en detrimento de Taiwán, gracias entre otros, a 26 votos de países africanos,
Las Relaciones entre China y África han evolucionada enormemente. Entre 1995 y 2017 los intercambios comerciales entre ambos pasaron de 3 a 143 mil millones de dólares por año. Actualmente, en gran medida, el progreso y la modernización en África se debe a China. El único país que tiene la capacidad financiera y la disposición de invertir y hacer prestamos en África. Entre 2005 y 2017 China hizo préstamos a países africanos por 137 mil millones de dólares. El nivel de la deuda de África no cesa de crecer y actualmente la deuda de 27 países africanos se considera impagable.
Sin embargo, China presta dinero, pero no por filantropía. A imagen y semejanza de los que hizo Estados Unidos en Europa, después de la Segunda Guerra Mundial. China no solo presta dinero, llega con sus empresas, sus técnicos y algunas veces hasta con mano de obra. Para proteger sus préstamos, China hacer firmar a sus deudores cláusulas de Garantías que establecen que en caso de incapacidad de pago se opera una especie de trueque. Los deudores deben rembolsar en materia prima o e infraestructura. En Siri Lanka en 2014 se terminó la construcción de un puerto gigante con una inversión de varios miles de millones de dólares. Siri Lanka no pudo hacerse cargo de la deuda, a cambio le cedió a China el control del puerto durante los próximos 99 años. Este puerto es estratégico en la construcción del mega proyecto denominado la nueva ruta de la seda.
Así, ha impulsado enormes proyectos de infraestructura, en infinidad de países, entre otros la construcción en Etiopía del metro aéreo con una inversión de 575 millones de dólares. La construcción en Kenia de un tren que conecta Nairobi con el puerto de Mombassa con una inversión de 3 700 millones de dólares.
China desafía al mundo entero, en absolutamente todos los campos de la tecnología, de la ciencia, de las finanzas, de la mercadotecnia…
Aunque llegó tarde a la carrera espacial, y copiando la tecnología soviética, fue capaz de llevar un módulo al lado obscuro de la luna, tiene su propia tecnología, está en vías de montar su propia estación espacial y en el terreno militar tiene satélites capaces de destruir otros satélites.
En el mercado internacional con su capacidad de producción y con su política de dumping -es decir de abatir cualquier precio del mercado para eliminar la concurrencia-, es capaz de dominar el mercado, y de inundar de mercancías al mundo. Justamente esto explica, el porqué es el mayor consumidor de energía del mundo. Lo que demuestra el papel estratégico de la energía. Por ello desarrolla y usa todo tipo de energía, por supuesto sin preocupación del medio ambiente.
Así, China consume más de la cuarta parte de la energía del mundo (el 26.1%), y es responsable de casi la tercera parte de las emisiones del mundo CO2 (30.7%). Es decir, contamina en una proporción mayor que su consumo de energía. ¿Porque? porque consume principalmente carbón, la fuente de energía más contaminante. Pero, aunque se le señale, no se inmuta. Su pretensión de hegemonía está por encima de todo.
China significa un desafío para el mundo entero, en cualquier terreno. Y no es la primera potencia económica en números, porque su política de inserción y dominación de mercado se sustenta en bajos precios no en el volumen de mercancías – una política con la cual Rockefeller montó el imperio del petróleo 100 años antes-. Es decir, el supuesto nuevo orden económico, se sustenta en las mismas recetas que orden económico actual, tal vez la diferencia es la determinación.
Y tan es un desafío para el mundo en cualquier terreno, que su presidente Xi Jinping, ante la COP26 de Glasgow, no excluyó a China, pero en los hechos se dio el lujo, no de decir no, de no comprometerse a nada.
Se podría pensar en sanciones, pero ¿cuáles serían y quien las implemente?

Dr. Maestro Investigador del CREN- UAZ