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“La democracia no hereda el poder, lo transfiere bajo la voluntad del pueblo”

Por: Isadora Santivañez Ríos

El inicio de año representa la posibilidad de generar cambios significativos en nosotros mismos y en nuestro entorno, generalmente, es un momento de reflexión, de acercamiento con la naturaleza, de buscar la posibilidad de mejorar en todos sentidos y en el ámbito público, cada nuevo comienzo da paso a la mejora constante en la administración pública.
En Zacatecas, este año lo iniciamos con un momento sin precedentes, frente a la plaza principal de nuestra ciudad capital, amanecieron un total de 8 cuerpos sin vida, abandonados dentro de una camioneta de lujo, dejando un mensaje claro para las autoridades y para la ciudadanía.
El crimen organizado, con una acción contundente, envía un mensaje al Gobernador del Estado en donde lo responsabilizan de manera directa de la inseguridad que azota a nuestra entidad, manifestando que no tienen miedo y no repararán en seguir con sus actos de horror y vandalismo. Dan a entender que se tuvo acuerdos que fueron incumplidos y que no permitirán, por ningún motivo, que se les afecte o se les amedrente.
Pocas horas después, el propio Gobernador del Estado da un mensaje a través de sus cuentas oficiales, en donde minimiza la acción y declara de manera abierta que lo acontecido es parte de una “herencia maldita” que dejaron las administraciones pasadas, quienes permitieron que la delincuencia obtuviera gran fuerza en el Estado; finalmente David Monreal pide al pueblo de Zacatecas, aquel que le otorgó su confianza en las urnas, para llegar al poder y cumplir con todas sus promesas de campaña, encomendarse a Dios, aludiendo que sólo él puede salvarnos de esta crisis y volviéndose a deslindar de la responsabilidad directa de tener en sus manos las riendas de nuestra entidad.
Este discurso, a la Andrés Manuel, no logró tener la respuesta esperada, de comprensión y apoyo por parte de la ciudadanía a nuestra autoridad estatal, por el contrario, dio paso a un sin número de críticas y señalamientos al actuar irresponsable, permisivo y burlesco de nuestro actual Gobernador.
Y volvemos a hacer visible lo mismo que hemos manifestado desde el día uno de está administración, en cada acción, en cada manifestación, en cada mensaje y en cada respuesta, la autoridad estatal culpa de todos los males a las administraciones pasadas y señala a ultranza y sin ninguna prueba a quienes ya no están y ya no tienen la responsabilidad de guiar el rumbo de Zacatecas.
Se le olvida al Gobernador y al gabinete actual, que ellos buscaron estar en esa posición durante décadas, que su responsabilidad es darle resultados a quienes les brindaron su confianza y que culpar a otros de lo que es tu responsabilidad exclusiva no es una estrategia que pueda funcionar a largo plazo, por el contrario, es una respuesta que ya está cansando a la sociedad zacatecana que se encuentra ávida de que la transformación positiva llegué a nuestras casas, a nuestras familias y a nuestro entorno.

Ellos prometieron dar resultados, prometieron no solo una mejora, ofrecieron una transformación profunda en las políticas públicas y en la forma de actuar del Gobierno, le dieron esperanzas a los zacatecanos de que las cosas podían mejorar si ellos accedían al poder, y lo único que están entregando son pretextos.
Aún no agarran el toro por los cuernos, aún no les cae el veinte de que ellos son la autoridad responsable, aún no despiertan del letargo al que estaban acostumbrados, desde la comodidad de la oposición irresponsable acostumbrada a señalar a ultranza sin tener la responsabilidad de dar resultados.
Necesitamos un gobierno que sepa responderle a la ciudadanía, que no le mienta, que no la ofenda faltándole al respeto a su inteligencia y a su conciencia, y que, principalmente, tenga certeza de cuál es la responsabilidad que le corresponde asumir a cabalidad.