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La Deuda, ¿motor de la economía de Mercado?

Por Jose Luis Pinedo Vega

La deuda ha sido una formula recurrente utilizada como motor del crecimiento económico. Sin embargo, la deuda han sido el detonador de varias de las crisis financieras mundiales, entre otras de la crisis de 1929 o la gran depresión y la crisis inmobiliaria o Lehman Brothers del 2008, ambas teniendo como epicentro los Estados Unidos.

La Crisis de 1929 fue la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la bolsa de valores de los Estados Unidos. La precedió una época de 5 años de euforia en el mercado financiero y crecimiento industrial. La bolsa de valores no dejaba de subir. Pero no como resultado de los beneficios reales de las empresas sino por la actividad especulativa. Las inversiones se hacían a partir de préstamos bancarios, pero el dinero no se invertía en la producción, tenía como destino el mercado financiero. Y ganaba más dinero, pero no generaba riqueza.
Y esa es la otra cara del mercado financiero, el mercado especulativo. Cuando las deudas llegan a ser impagables se dan los desastres “bursátiles”.
Paradójicamente para resolver las crisis financieras siempre se recurre a la misma solución: la inyección de dinero o préstamos multimillonarios, es decir a más deuda. Se asume que lo esencial es recuperar el crecimiento económico y para ello de se deben inyectar recursos frescos.
Países de desarrollo medio o en vías de desarrollo recurren al FMI o a la Banca Central Europea para conseguir préstamos. Pero cuando las crisis han tenido como epicentro los Estados Unidos, ya no hay a donde recurrir. Es este caso la primera potencia del mundo, decide crear cantidades de dinero estratosféricas, a partir de nada.
La deuda de las grandes potencias alcanzó su primer gran máximo a fines de la II Guerra Mundial, llegando a ser del orden de 115% de su PIB en Estados Unidos. Justamente por eso, una de las pretensiones de las grandes potencias después de la II Guerra Mundial fue liberarse paulatinamente de la deuda. Así, se fue prescindiendo de la deuda, hasta llegar a un mínimo en los años 70'-80'.
Sin embargo, a partir de los 80´s la deuda volvió a la escena mundial. Y en 1995, sucedió la crisis de la deuda en México llamada “efecto tequila”. A pesar de la lección, a partir de 1998, la deuda se aceleró hasta el que estalló la crisis inmobiliaria del 2008.
Desde el comienzo de la crisis del 2008 hasta febrero del 2011, para resolver el problema, la Reserva Federal de Estados Unidos creó 2 700 miles de millones de dólares. Para dar una idea de la magnitud de esta cantidad, entre el 1913 -fecha en que se fundó la Reserva Federal de Estados - y el 2007 se crearon 600 miles de millones de dólares. Esto significa que en cuatro años la Reserva Federal creó cuatro veces más dólares que en ochenta años de existencia. En forma de deuda, Estados Unidos inyectó una cantidad equivalente a la reserva de cambios que China acumuló en 15 años.
China es el mayor poseedor de bonos del tesoro norteamericano, para 2009 tenía 940 mil millones de dólares, en el 2010 intentó deshacerse discretamente de ellos, pero, no encontró compradores, solo pudo deshacerse de unos 100 mil millones de dólares. De ahí la frase “para comprar bonos del tesoro se necesita estar loco o ser chino”.
A fines del 2008 Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía (2001) explicaba que “para restaurar el crecimiento económico se han implementado transfusiones cada vez más abundantes de dinero, sin localizar la hemorragia”.
En el 2010 Pierre Larouturou, politólogo francés autor de libro “Pour eviter le Krach Ultime” (2011) y hoy precandidato a la presidencia de Francia, explicaba que “ …la economía mundial es como un automóvil que todavía rueda, pero que para eso necesita pararse cada 300 metros para reponerle el aceite…”.
Pero en las crisis siempre hay ganadores. Con la inyección de tantos recursos en el 2008 el sector financiero se restableció en el 2009. Y de acuerdo al reporte anual de Boston Consulting Group, en el 2009 el número de multimillonarios aumentó 14%. En el 2011 0.22% de familias en el mundo concentraban 38% de la riqueza privada. Los multimillonarios del mundo cuyo patrimonio es mayor a mil millones de dólares retenían 39 000 miles de millones de dólares. Para ellos la crisis financiera debió ser como un sueño al que se le da vuelta a la página en cuanto amanece. Sin embargo, la burbuja de la duda sigue creciendo.
El crecimiento económico se restableció en el 2010. El único año que hubo crecimiento negativo fue el 2009. En el 2010 el Estados Unidos registro 2.6% de crecimiento, Reino Unido 1.7%, Alemania 3.3%. España e Irlanda registraron un crecimiento ligeramente negativo de -0.3%, solo Grecia permaneció en el fondo con -4%.
Pero, la recuperación tanto del sector financiero como del crecimiento económico en buena medida son solo numéricas; pasaron a ser componentes de la burbuja de la deuda. Las cifras que impactaron positivamente en el PIB correspondieron a los rendimientos del sector financiero.
En 2012, cuando el ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kenneth Rogoff, hizo sonar nuevamente la alarma, preocupado por un posible colapso del sistema financiero mundial.
Tardó un poco pero el 24 de agosto 2015, un lunes negro, la caída de la Bolsa de Valores de Shanghai (-8,49%) arrastró a todos los centros financieros del mundo a su paso. Al abrir, los mercados entraron en pánico. En París, después de perder más del 8% durante la sesión, el índice CAC 40 cerró con una caída del 5,35%. En Frankfurt, el DAX bajó un 4,70%, en Londres el Footsie cayó un 4,67%, mientras que en Tokio el Nikkei cerró un 4,61%, a un mínimo de seis meses. En Wall Street, el Nasdaq cayó un 3,82% ... "Los mercados han dado paso a lo irracional: una vez que ha comenzado el efecto bola de nieve, nada puede detenerlo", resume Eric Bourguignon, de Swiss Life AM.
El Congreso de los Estados Unidos, dominado por los republicanos, adoptó el viernes 30 de octubre del 2015, un compromiso presupuestario que elevó el techo de la deuda hasta 2017, eludiendo el riesgo inmediato. Barack Obama promulgó la ley el 3 de noviembre, a pesar de que, según el Tesoro, había agotado su capacidad de endeudamiento. Para evitar la crisis se liberaron $ 80 mil millones de dólares (72,4 mil millones de euros) en gastos adicionales durante dos años, divididos a partes iguales entre programas militares y civiles.

Sin embargo, el desempleo siguió profundizándose en el mundo entero sin excluir las grandes potencias. Se confirma una vez más que crecimiento económico no es sinónimo de prosperidad ni es solución a la crisis; solo es una solución para el sistema financiero.
Evidentemente -las transfusiones- el dinero creado o dispuesto para relanzar la economía mundial ha ido a parar a la esfera financiera. No han sido atacados el problema del empleo y los salarios y lo más grave es que la deuda se ha convertido en una burbuja de dimensiones estratosféricas que puede estallar en cualquier momento.
Paradójicamente tras la pandemia, dado muchos países tuvieron que recurrir a la Deuda para hacer frente a la pandemia, se presagiaba una nueva crisis financiera. Sin embargo, no ha ocurrido nada. Las bolsas de valores siguen viento en popa.
El PIB mundial en el 2020 ascendió a 74 472082 millones de euros y la deuda mundial equivale a 95.75% del PIB mundial. Varias potencias mundiales, tienen una deuda superior al PIB, incluso superior a la que ha hecho estallar otras crisis financieras (115%). La deuda de Japón es equivalente a 235.47% de PIB, la de Estados Unidos es 133.92% de su PIB, de Italia 155.6%, Francia 115%, Canadá 117%, Bélgica 112%.
¿A qué se atienen? Probablemente ante la pandemia, el sistema financiero mundial prefiera no hacer ajuste de cuentas, para evitar el riesgo de poner en duda la economía de mercado. O bien, puede permitirse excesos en países de primer mundo, mientras que los países de desarrollo medio, sigan aportando intereses por sus deudas. Lo cierto es que, a pesar de que la deuda de muchos países está muy por debajo de la media mundial, muchos de ellos no tienen capacidad de pago. Así que habrá tolerancia, o la burbuja explota.
Por cierto, la deuda de Brasil representa el 99% de su PIB, la de Alemania 68.7%, la de México representa el 61.03% del PIB. Indudablemente, mejor vivir sin deuda!

*Dr. Maestro Investigador del CREN- UAZ