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Retroceso.
Por: Juan Carlos Girón Enriquez*

Estos tiempos de pandemia han servido mucho para reflexionar sobre las estrategias utilizadas por distintos gobiernos, muchos podrán decir que no se puede comparar puesto que a ningún otro presidente le toco manejar una pandemia como la que ahora estamos viviendo y en eso podrán tener razón, pero el motivo de estas líneas no es sobre el manejo de la pandemia sino sobre las políticas o estrategias implementadas en diferentes gobiernos comparados con el actual en diferentes rubros sin tocar el tema de la salud, por ejemplo, el electoral.
El INE tiene una configuración particular, puesto que se trata del organismo encargado de garantizar la vida democrática de nuestro país. Es, nada mas y nada menos que el arbitro electoral, que se encargará de hacer valer la voluntad popular y de garantizar que los mecanismos para que se elijan a las autoridades dote de certeza a la ciudadanía sobre los resultados de la elección.
Este instituto no nació de la noche a la mañana así como tampoco se ganó credibilidad en un dos por tres, por el contrario, se ha ido trabajando poco a poco para consolidarse como institución pública y ha tenido que ser transparente para lograr la confianza de la ciudadanía, a grado tal que ya cuenta con un 70 % de aprobación a nivel nacional, un porcentaje mayor que el presidente de la república.
Entonces, ¿porqué tanto odio por parte del ejecutivo? Este sexenio, una de las instituciones más golpeadas por el gobierno ha sido, precisamente, el INE, se le acusa de ser una institución fraudulenta, llena de privilegios, con altos sueldos para pocas personas, entre un sinnúmero de afirmaciones, muchas de ellas, carentes de fundamento, curiosamente ese instituto fue el que declaró ganador a Andrés Manuel así como fue el árbitro en las elecciones en las que más candidatos morenistas han alcanzado las gobernaturas. Luego, ¿si es una institución que no hace bien su trabajo, al declarar ganadores al actual presidente y a sus camaradas de partido se ha actuado bajo la ilegalidad?
El actual presidente debe ser cuidadoso con sus declaraciones así como con sus estrategias de gobernanza, puesto que al acusar al arbitro electoral, automáticamente esta desacreditando su triunfo electoral y el de sus copartidarios.
El recorte presupuestal al INE puede estar o no justificado, pero si disminuimos la cantidad de recursos que maneja el garante de la democracia, es la importancia que tanto el legislativo como el ejecutivo le dan a la democracia en nuestro país.
Ahora bien, muchas de las afirmaciones del Presidente en contra del arbitro electoral no se justifican puesto que el Instituto debe garantizar autonomía del poder en turno, por su propia naturaleza y dicha autonomía es no solo presupuestaria, sino en la toma de decisiones, puesto que solo así se garantiza la eficacia del proceso electoral y por consiguiente el respeto a las decisiones electorales de la ciudadanía.
El problema no es el costo de la democracia en el proceso electoral, sino el costo de los partidos políticos y su ineficacia, porque se ha demostrado que la falta de participación ciudadana en las elecciones no se debe a la falta de credibilidad en el órgano electoral, sino en los participantes de las elecciones, es decir, los partidos políticos.
El ejecutivo ahora quiere castigar al Instituto Electoral porque es más fácil culpar al arbitro en lugar de cambiar a los jugadores, mientras nosotros, la ciudadanía, seguimos de espectadores, sin poder participar en un juego democrático en el que cada vez somos menos importantes.

*Docente-Investigador UAZ